Esta que veis aquí es la imagen que mejor representa mis trece años en el instituto de San Clemente. Y es que esta foto lo recoge todo: seriedad, elegancia y tradición.
SERIEDAD, porque en todos estos años como docente en La Mancha, nunca he sonreído en clase ni he dejado que los chicos se partieran la caja cuando a ellos les apeteciera. Porque en el aula se respiraba ese miedo visceral al profesor huraño que convertía los minutos en horas y los días en trimestres, como debe ser. La seriedad es una de las cualidades más apreciadas por todo profesor grave que se precie. "Impartir el miedo", como dijo una vez un alumno de 1º de ESO, es muy importante para capar la tendencia enfermiza del adolescente a la risa y al cachondeo. La pamela es un distintivo de seriedad, tanto en bodas como en viajes de fin de curso.
ELEGANCIA, porque siempre intentaba ir a clase con traje, corbata y zapatos de charol. Y en un viaje a Venecia qué menos que tocarnos con unas pamelas, de tanta distinción en Ascot como en Casas de Fernando Alonso.
TRADICIÓN, porque es muy importante aferrarse a la tradición en asuntos de educación secundaria. Nada mejor que el libro, la pizarra y una buena clase magistral para provocar los bostezos y las ganas de matar al profesor, que han existido desde que el mundo es mundo. Y todo debería seguir igual. Si en la Edad Media se hacía, por qué nosotros hemos de cambiarlo. Nada más tradicional que una foto en Venecia con trazas de carnaval.
Mis acompañantes están de acuerdo en todas estas teorías, por supuesto, como es de ley en gente sobria y poco amante de la chanza.
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