domingo, 14 de julio de 2019

Crítica teatral de "La viuda valenciana" de Lope de Vega, representada en Almagro por la compañía MIC producciones


Teresa de Jesús eligió ser monja, como sor Juana Inés de la Cruz. Eran mujeres inteligentes de los Siglos de Oro, y, como tales, sabían que el matrimonio hubiera sido una "cruz" que no les habría permitido desarrollarse como mujeres más o menos libres. No habrían podido escribir, ni pensar con autonomía, ni desenvolverse como mujeres independientes. Lope, en La viuda valenciana dibuja un perfil de mujer atípico: una viuda que se rebela frontalmente contra las convenciones. Una mujer viuda, rica y joven en el siglo XVI debía volver a casarse para devolver su patrimonio al hombre. Una mujer viuda no podía exhibir sus amores ni tenía posibilidad de mantener un criterio propio, debía, cuanto antes, someterse a los designios de un hombre. Leonarda es una mujer fuerte, con carácter, que no quiere someterse a las leyes convencionales que la empujan al casamiento. Quiere gozar de la vida, porque su cuerpo aún está en sazón y de ninguna de las maneras desea ser esposa de los burdos pretendientes que la asedian. Leonarda es una mujer moderna, que, en el siglo XVI, equivale a ser una mujer fabulosa. Este es el valor de esta comedia de Lope, el simbolismo mayúsculo de este personaje. Que luego Lope haga delirio y ofrenda en el argumento a sus fantasías sexuales; que Lope se entregue a los excesos de una comedia nueva, todavía no ajustada; que luego Lope se despeñe en el disparate y en la falta de dominio de los artefactos teatrales es algo aleatorio. Aleatorio, pero muy significativo si la obra se representa en el siglo XXI. Aprecio el símbolo de Marcela, la aprecio como especimen fuera de lo común, como delfín nadando contracorriente en una marea de plásticos. La aprecio, pero no puedo esquivar la desazón que produce un argumento impreciso, deslavazado, caprichoso. La viuda valenciana se debate entre la sensualidad y el capricho, entre la rebeldía y la incoherencia. La viuda valenciana es una obra de un Lope joven, de semen fácil y verso impreciso. 
La compañía MIC producciones hace lo que puede con esta obra, Leonarda (Pepa Gracia) es una magnífica representación de lo que deseaba Lope (sensualidad, rebeldía y firmeza), sus pretendientes y su criado no le van a la zaga en cuanto a buen hacer teatral. Otra cosa es el galán, torpe en el verso y enojoso en la credibilidad. 
Lope le dedica esta comedia a Marcia Leonarda, que acaba de enviudar. Todo lo que hace Lope, lo hace por interés, si se rinde al vulgo, es por triunfar en los escenarios, si erige un momento a una mujer viuda es por la esperanza de conquistarla y gozar de ella con todos los sentidos. Solo nos queda la consolación de que el personaje de Leonarda, la protagonista de La viuda valenciana, se pareciera un poco a Marcia Leonarda (mujer de carne y hueso), seguro que sí, seguro que Lope conoció a mujeres tan aguerridas como  la que dibuja en su comedia. Los dislates se perdonan cuando la fuerza mayor de la juventud y la lubricidad están por medio.     

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