Puro fuego es una novela juvenil tan hábilmente escrita que parece una novela para adultos (o viceversa). De una fluidez y dinamismo en la redacción, muy adecuados con la vertiginosa aventura que viven las adolescentes protagonistas. Es cierto que la historia de la pandilla, formada en un principio por cinco chicas defensoras del honor femenino y enderezadoras de tuertos machistas, peca un tanto de fantasía pueril y no del todo creíble. Pero la habilidad narradora de Joyce hace olvidar los primeros tanteos inverosímiles de la trama.
Las cinco chicas fundadoras del grupo "Foxfire" son una especie de "señoritas andantes" que se enfrentan a las tropelías y abusos de los hombres. Como doñas "quijotas" o, mejor, "amadises" en estado puro, castigarán a los abusadores y le darán su merecido a los pandilleros que campan a sus anchas en la América de los años 50. No son hidalgas, eso no, sino jovencitas desclasadas y hartas de ver a su alrededor violencia machista e injusticias. La cabecilla de "Foxfire", Legs, tiene un mentor viejo y alcohólico que la introduce en el marxismo y en el anticapitalismo. Ella será la intrépida defensora del honor femenino y, junto a sus compañeras, emplearán sus encantos de "lolitas" para engañar y castigar a los endriagos del machismo.
Su derrota hacia la delincuencia las situará fuera de la ley y las enviará a un destino tan angustioso como excitante. La sociedad las ha rechazado y ellas solo se sienten seguras en el seno de su propia comunidad, creada precisamente para luchar contra la exclusión que sufren como mujeres y como víctimas del capitalismo feroz. Oates fabula un deseo de juventud que se convierte en una crítica potente contra una sociedad injusta, patriarcal y materialista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario