domingo, 7 de febrero de 2021

Mi ONG

Hace unas semanas, impulsado por la buena voluntad y por el buen rollo, creé una ONG, sí una ONG alternativa, original, con la intención de aliviar a todos aquellos famosos que hubieran sido desplazados de su vida cotidiana por causas diversas. Es muy duro para gentes habituadas a la exposición pública y a la propaganda gratuita que, por diferentes motivos, hayan caído en la depresión. Es el caso de Miguel Bosé, Carles Puigdemont y Juan Carlos I. Todos ellos han sido víctimas de la sobreexposición mediática y es muy difícil para ellos desarrollar una vida normal. Mi ONG se puso a su disposición y tengo la enorme satisfacción de tenerlos en mis dependencias. Gracias a ayudas de todo tipo, hemos sacado a esta gente del marasmo en el que se encontraba y hemos cumplido con creces la misión que se había propuesto la ONG. 

Por ejemplo, Juan Carlos tenía un gran trauma, estaba convencido de que su dicción no era suficientemente clara y que los españoles no lo entienden. A causa de esto, él ha tenido, nada menos que exiliarse en Abu Dabi. Nuestra ONG se puso en contacto con Mario Casas y este, encantado de colaborar, se prestó a impartir clases de dicción a Juan Carlos. El progreso en este campo de nuestro exrey nos augura una pronta recuperación de su persona por nuestros lares. Primer éxito.

Miguel Bosé no estaba deprimido por sus polémicas declaraciones en torno a la pandemia, sino porque consideraba que las letras de sus canciones no eran lo suficientemente profundas. Javier Marías se prestó a ayudar al cantante y ahora mismo están en proceso de revisión de "Amante bandido". Otro posible logro.

Con Carles Puigdemot lo tuvimos más difícil. El arzobispo Cañizares se prestó a inculcarle valores españolistas para paliar esa rémora catalana que lo tiene relegado en Waterloo, pero tuvimos varios altercados. Cañizares se encontró con Bosé en un pasillo y la homofobia del arzobispo lo lanzó al exabrupto contra el cantante y este le dio una hostia que lo dejó sin habla. Esperamos la pronta recuperación de su excelencia. No obstante, pedimos al público en general se sirvan de enviar gente que pueda enderezar el tuerto, que no enderezar el entuerto, como dicen muchos indocumentados, entre ellos algunos académicos.  

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