En las memorias de Fernando Fernán Gómez, me ha alegrado encontrar referencias muy cariñosas del escenógrafo y dramaturgo Enrique Rambal:
"A mi abuela le hubieran entusiasmado las representaciones teatrales de Rambal que pocos años después nos encantarían a mis primos y a mí..."
"Rambal fue sobre todo, además de un actor eficaz para el género que cultivaba, un extraordinario director, excepcional en el panorama español y que no tuvo continuadores."
Son muy curiosas sus apreciaciones sobre la experiencia en un colegio de la Institución Libre de Enseñanza:
"Otro de los atractivos del colegio era que las horas de recreo duraban más que la clase y que la maestra no enseñaba nada. Hubo que comprarme un plumier y más lápices de colores de los que ya tenía y cuadernos para pintar. A mi abuela le parecía que eso eran cosas para tener en casa y jugar con ellas, pero no para llevar al colegio (...) -¿Qué has hecho hoy en el colegio? -Hemos estado cantando."
Y también su opinión sobre los padres y la educación de sus hijos:
"Que los padres sean los encargados y los responsables de la educación de los hijos siempre me ha parecido un disparate. La inmensa mayoría de los padres no solo no está capacitada para educar a niños, sino ni siquiera para elegir colegios."
Otras curiosas citas:
"Cuando a William Saroyan, en su viaje por España, le preguntó un periodista qué le había parecido la gente de Madrid, respondió que a los que iban por las calles, entraban en las tiendas y despachaban en las cafeterías, los había visto ya en California."
"Si las revoluciones sientan tan mal a los camareros, quizás vaya siendo cosa de pensar en no hacerlas."
"Respecto a la felicidad, siempre he estado de acuerdo con la respuesta de Einstein a una interviú:
-¿Es usted feliz?
-No, ni falta que me hace."
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