viernes, 14 de agosto de 2015

Reliquias paganas: el braguero del Caballero del Verde Gabán


En esta segunda entrega voy a ensalzar las propiedades mágicas del braguero de don Diego de Miranda (el Caballero del Verde Gabán, como lo llama don Quijote). Este personaje se encuentra con nuestra pareja de aventureros en la famosa batalla del león, cuando el hidalgo manchego cambia su apelativo de "Caballero de la Triste Figura" por el de "Caballero de los Leones". Lo lleva a su casa y le presenta a su mujer y a su hijo poeta. El resto de carne momia -como diría el de los Leones- de una de las gomas del braguero se guarda con celo, como no podía ser de otra manera en la ciudad de Villanueva de los Infantes. Cuentan los más allegados a la reliquia que uno de los guardas llegó a hacerse una infusión con una de las gomas y fue tanto el beneficio erótico obtenido que nunca más se supo de ella. Al parecer, el guarda parecía siempre dispuesto a la brega amorosa y murió encalabrinado a las puertas de una casa de placer donde ya no le dejaban entrar por las deudas contraídas.
La otra goma del braguero se preserva intacta en una urna de vidrio cuya sola vista proporciona tanto fuego amoroso que no se debe admirar en pareja. Es tanto el peligro de su magia erótica que, si son más de uno los visitantes, se teme que no respeten el lugar sagrado y consumen el acto allí mismo, como ya les ocurrió a dos monjes de la vecindad. Venid a visitar esta reliquia y reíros de la Viagra y de otros filtros amorosos.  

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