viernes, 27 de mayo de 2022

Revolución educativa

Tengo la clave para solucionar el problema de la educación. Las guardias de aula cuando un compañero falta te dan una perspectiva distinta del alumnado y tiempo suficiente para encontrar fórmulas revolucionarias con las que mejorar las clases. En primer lugar, deberíamos quitar mesas y sillas. Se instalará una barra de bar en lugar de la mesa del profesor y toneles para propiciar la conversación amena del alumnado. Detrás de la barra, a manera de camarero experimentado, el profesor atendería a los alumnos que se fueran acercando por allí y les contaría batallitas de toda índole, desde literarias hasta científicas, pasando también por las relacionadas con la música, así como atendería las preocupaciones y las cuitas del problemático yo adolescente. La barra tendría que ser más o menos alta según el nivel del alumnado. De esta forma, los adolescentes no extrañarían y se encontrarían cómodos desde el primer día. Las bebidas alcohólicas se podrían dispensar desde los 16 años y a la FP Básica desde los 32. De su venta se obtendría un beneficio con el que se podría ahorrar gran parte del presupuesto que dedican las administraciones a la educación. La cocina estaría a cargo del servicio de inspección, que, como ahora, no tendría contacto directo con el alumnado, y se especializaría en tapas frías, calientes (según los medios del centro) y pinchos vascos. Cada una de las aulas podría contar, gracias al holgado beneficio de las ventas, con un guardia jurado que se encargaría de mantener el orden. En la fachada de los institutos se sustituirán las banderas por carteles de neón que anuncien el chiringuito con un nombre y unas luces atrayentes, por ejemplo: "Club Venus, Dionisos y Afrodita te esperan". En cada una de las aulas se anunciará la especialidad del barman, por ejemplo: "Pepe, literatura y lasaña"; "Patri, biología y tortilla de patatas"... El alumno tendrá libertad para elegir las clases, solo existirá la limitación de la altura de las barras para separar primer, segundo ciclo y bachillerato. Respecto a programaciones de aula, proyectos educativo de centro y demás zarandajas burocráticas, quedarían todas derogadas. El centro de profesores se encargaría de formar buenos profesionales que, a la vez, perfeccionen las técnica de la coctelería, así como la conversación sobre cualquier materia humanística o científica. No hay que decir lo agradables que serían las reuniones del claustro de profesores y de las juntas de evaluación, surtidos siempre por el buen hacer culinario de la inspección. Si estáis de acuerdo con este cambio, no tenéis más que mandarme vuestra firma. Para fin de este curso elevamos la petición al ministerio.        

jueves, 26 de mayo de 2022

Tiktok y el Quijote



Aquel tópico famoso, el "todo está en los libros" no sé si es cierto, pero lo que sí puedo asegurar es que todo está en el Quijote. Al final de la primera parte aparecen unos versos burlescos en loor de los personajes de Cervantes y en la cabecera del último poema se puede leer la siguiente leyenda:

"Del Tiquitoc, académico de la Argamasilla, en la sepultura de Dulcinea del Toboso"

Efectivamente, como lo leéis, el "TIQUITOC", quien, además, se luce dedicando unos ripios a la lozanísima Dulcinea del Toboso:

Reposa aquí Dulcinea;
y, aunque de carnes rolliza,
la volvió en polvo y ceniza
la muerte espantable y fea.
Fue de castiza ralea,
y tuvo asomos de dama;
del gran Quijote fue llama,
y fue gloria de su aldea.

Cervantes o Cide Hamete, vaya usted a saber, ya anunciaba esa red social tan moderna, el Tiktok famoso, y hacía burla de ella. Pronto demostraré que, como en Nostradamus, podemos buscar cualquier dato en el libro mágico del manco de Lepanto. O mucho me equivoco o la derrota de don Quijote en la playa de Barcelona a manos del caballero de la Blanca Luna augura un final infeliz para el Athletic de Bilbao en la Copa del Rey. Espero que la profecía esté relacionada con el fútbol y no con el conflicto entre Ucrania y Rusia, que todo puede ser.  

sábado, 21 de mayo de 2022

Lope y Cervantes me alivian

Me he trasladado a finales del siglo XVI para huir de una condena que asuela mi casa, implacable, ruda, sin piedad. Viajar en el tiempo es una medida muy útil para salvar el oremus. Uno no puede aguantar hora tras hora los rigores de una enfermedad implacable si no se refugia en algún sitio o en algún tiempo con tejados y paredes recias. Mi siglo XVI, el de Lope, el de Cervantes, me sirven para evadirme, para estar fuera de mí, fuera de la desgracia que me rodea. Vivir junto a Elena Osorio me sirve para no perder la cordura. Me he metido en la cama con Lope y lo he hecho amigo de Cervantes. No es ninguna aberración, pudo pasar, y a mí me sirve para llevarlos a los dos de la mano, por el Mesón de Paredes, por Lavapiés, por Atocha, por el Prado. Estoy entusiasmado de haber recuperado o resucitado o revelado esta amistad del joven Lope (24 años) con el experimentado Cervantes (39). Me abstrae esta otra vida, me alivia el sufrimiento continuo y casi desesperado de la otra, de la real, de la del siglo XXI. Quién podría encontrar a dos compañeros mejores que estos dos, Lope y Cervantes. Me sirven de interlocutores en mis miserias, me obedecen en todo los que les pido, ya en sus parlamentos, ya en sus hechos, aunque muy a menudo se van por los cerros de Úbeda (cómo me gusta esta expresión). Los amoríos de Lope los sé de mejor tinta que si fuera el duque de Sessa. Estoy con él cuando le recita a Elena Osorio un poema bajo la reja y estoy con él cuando le escribe una sátira a su madre para insultarla y acusarla de ser la proxeneta de su hija. Qué apasionante ver cómo el destino de estos dos hombres se cruzó en la Corte, en Lavapiés, en los corrales de comedias. Inventar sus coloquios, sus cavilaciones, sus encuentros, me vale para salir de esta urdimbre angustiosa en la que me ha colocado mayo del 2022.  

jueves, 19 de mayo de 2022

Análisis clínicos

Se supone que no debo escribir ahora, que en la situación delicada y terrible en la que me encuentro, no debería reflejar nada por escrito, porque el entendimiento está alterado por la emoción y por la congoja; pero lo voy a hacer, a pesar de las contraindicaciones de los prospectos. Intentaré contener los ramales de mi ira contra todo, las ganas de cagarme en Dios, aunque no crea en él. Mi novela "Bilis", empezaba así: "Me cagué en Dios hasta rajarme el paladar". Porque acababa de morir el padre del protagonista, joven, recién traído, desahuciado, de una cárcel franquista. Así empezaba, con dios en la picota, con la inexplicable crueldad de la muerte asolándolo todo. Hoy, yo, su hijo, el hijo de ese personaje de novela que en realidad era mi padre, se encuentra en una situación similar. La muerte no se digiere sin aditivos, es imposible aceptarla sin que un grito desgarrador o una congoja continua invada nuestra garganta. De repente, en un minuto, la interpretación de un análisis clínico te rompe la vida por la mitad, te usurpa el futuro y te somete a un desconcierto que nadie puede trasegar. Hay algo peor, mucho peor que los análisis sintácticos, sí, los análisis clínicos, son fríos, crueles, desalmados.   

sábado, 23 de abril de 2022

Nuevas clases

¡Cómo han cambiado las clases desde el miércoles pasado! Alumnos y profesores esperábamos la caída del tapabocas con ansia, pero el efecto ha sido mucho mejor de lo esperado. Veo las barbillas nuevas de los alumnos. Algunas, dislocadas por la imaginación del que mira, parecen no corresponder con sus ojos, da igual. Los veo sonreír y gesticular, los veo más jóvenes que cuando estaban tapados, los veo y me anima comprobar que estamos de nuevo en comunicación completa. Algunos están nerviosos, se sienten desnudos, dicen; sin embargo, muestran una alegría nueva, contagiosa. Es como si nos presentaran a esa locutora de radio de la que solo conocíamos su voz. Me he divertido más en clase en estos tres días que en dos años. O ya no recordaba cómo era una relación completa en el aula o la emoción de vernos de nuevo ha provocado un estallido de alegría que nos ha contagiado a todos. No, no estoy exagerando, lo digo de veras. Nada más quitarme el bozal empezaron a salirme bromas como por ensalmo, se distendió el ambiente como no lo había hecho en mucho tiempo. Recuperar las bocas, las narices, las mandíbulas, era necesario. Nadie puede oler ni masticar las palabras con los ojos.        

martes, 12 de abril de 2022

Clarín y los oligarcas



A cualquiera que haya leído La Regenta de Clarín le sorprenderá sin duda el trabajo que ha hecho el escritor Ricardo Labra sobre el vilipendio y el auto de fe al que se vieron sometidos la obra y su autor prácticamente desde que salió publicada la obra. Una muestra que me ha parecido muy esclarecedora de todo el proceso fue el monumento dedicado a Clarín en tiempos de la República, en el que aparecía el busto del escritor en relieve. Los padres prohibían a sus hijos acercarse a él, el hijo de Clarín fue fusilado porque era hijo de su padre y, después de la guerra, la oligarquía ovetense colocó una cabeza de burro sobre el busto de Clarín para luego destrozar el monumento. Cualquiera que en la actualidad lea La Regenta se preguntará el porqué de dicho ensañamiento. La obra se limita a reflejar (eso sí, de forma muy verosímil) la podredumbre de una sociedad provinciana de finales del XIX. Clarín no era un agitador anticlerical ni un anarquista peligroso ni siquiera un socialista con ganas de tumbar a las clases poderosas, no, era un buen escritor. Pero el poder establecido es muy sensible ante las críticas, por muy artísticas y sutiles que sean. La Iglesia, los poderes fácticos, las instituciones públicas, podridas hasta la médula, entonces y ahora, no permitían en la época que nadie reflejara sus miserias en la palabra escrita. Hoy eso ha cambiado, no porque los órganos de poder sean distintos o menos corruptos que entonces, sino porque los oligarcas simplemente se han adueñado de de tal forma de las parcelas intelectuales de la crítica, del periodismo e incluso de las redes sociales, que la crítica, la parodia y la sátira se neutralizan con dosis continuas de idiotización y de consignas goebelianas que nos atrofian. Solo hay que ver la masiva información sobre las procesiones católicas para entender este fenómeno. Que la superstición y el fanatismo nos dominen y las televisiones participen de esa delectación en lo esotérico no es síntoma de una sociedad sana. Lo del amor incondicional por la propaganda de los órganos de poder es tan obvio que ni siquiera cabe comentarlo. Por eso les gusta salir en las procesiones. 

jueves, 7 de abril de 2022

Escribid, cabrones

Escribid un libro, chicos, escribid un libro sin falta. Vosotros, los que estáis todos los días expuestos a las cámaras, los que tenéis un público incondicional en la calle, en el supermercado, en la cola de las vacunas, escribid un libro. Todos estamos esperando vuestras palabras, todos. Da igual que sepáis escribir o no, da lo mismo que no enlacéis una oración correcta, da igual que no se os entienda nada, da igual que lo que contéis sea una chorrada, os estamos esperando a vosotros, a nuestros ídolos de la televisión, a vosotros, escribid lo que sea, un cuento, una experiencia personal, el día que cagasteis en el FNAC, lo que os apetezca. Yo no voy a leer otra cosa que no sea lo que escriban los que aparecen en televisión. Vamos, a mí que me importa que César Aira o Eloy Tizón me embauquen con su prosa si no los conozco, si no los veo todos los días presentando el telediario. Quiero leer libros de mis ídolos, de gente a la que veo una y otra vez en las pantallas. A mí la poesía de Piedad Bonet me la trae al pairo porque no sale en las noticias, porque no la veo todas las tardes en El Intermedio. Sacad libros vosotros, los que me encandiláis mañana y noche en los canales de televisión, no dejéis que os quiten la exclusiva los cuatro mastuerzos que pretenden ser escritores. No, no me jodáis, Máximo Huerta, Mónica Carrillo, David Cantero, Sandra Sabatés, Christian Gálvez... publicad libros sin parar, no me dejéis sin literatura, por favor, sois la última esperanza de nuestra depauperada cultura. Dónde van ese Carlos Castán, ese Muñoz Molina, ese Alberto Massa, ese Eloy Tizón, ese Manuel Vilas, esa Marta Sanz, esa Sara Mesa, esa Sabina Urraca, ese ... por favor, dejadlo ya, dejad el campo abierto a estas nuevas lumbreras de la televisión. Si han triunfado delante de las pantallas, en un programa de mierda, por qué no van a saber escribir una historia que nos interese. Dejad los purismos para otra época, lo suyo es rendirse a la evidencia. Sergio Ramos y Belén Esteban son la nueva vanguardia.  

Documentales de la 2: "El caballito de mar (cerdo de Japón)"




¿Cómo es posible que un caballito de mar apruebe unas oposiciones?, es más, ¿cómo un caballito de mar ha sido capaz de ser licenciada?, es más, ¿cómo un caballito de mar pudo aprobar el COU (porque tiene edad de COU)?; y, aún más, ¿cómo un caballito de mar aprobó EGB (porque tiene edad de EGB)?, y, sin exagerar, ¿cómo es posible que un caballito de mar saliera de la clase de parvulitos? Pues sí, ahí está, un caballito de mar con plaza definitiva y confirmada por el BOE. El caballito de mar es amante del mundo taurino, del ejército y de las vírgenes. Hizo un curso en la UNED para ser presidente de plaza de toros. Sí, en la UNED organizan cursos para ser presidentes de plaza de toros, esto es así, no lo ha inventado Dios. Como caballito de mar responsable, lleva un cuaderno a todas las reuniones, en el que no para de apuntar. Debe ser una misteriosa clave escrita de caballitos de mar la que usa porque es incapaz, luego, de recordar absolutamente nada de lo que se dice en las reuniones. Los miembros del Equipo Directivo, conocedores de las circunstancias mentales del caballito de mar, intentan que no aborde ningún asunto importante, porque el desastre, la tergiversación o el absurdo están siempre servidos con ella. El caballito de mar está siempre a la defensiva porque sabe de su incompetencia y su defensa es echarle la culpa a quien tiene más cerca. Certifica el narrador que una de sus compañeras abandonó su departamento por no poder sufrirla cerca. Los alumnos llaman al caballito de mar "esa señora que se pasea por los pasillos", porque nunca la han visto hacer nada reseñable. Su responsabilidad en los centros educativos pasa por organizar algunos eventos. Suele confundir fechas, enredar cursos y montar pollos considerables, muy entendibles si se tiene en cuenta que debería estar todavía en parvulitos. Los equipos directivos que calibran su potencial las dedican a contar columnas, colocar belenes y recortar cartulinas. Es muy complicado aguantarse las ganas de mandarla a la mierda. Ya se sabe que los caballitos de mar no poseen ni dientes ni estómago.   

martes, 5 de abril de 2022

Documentales de la 2: "La hiena con ínfulas"



La hiena con ínfulas (pedantus intolerabilis) no asimila las lecturas que engulle o las convierte en armas arrojadizas o las expulsa embadurnadas de mierda para que nadie las pueda digerir. La hiena con ínfulas no para de hablar cuando se encuentra con gente a su alrededor y mete el cuezo siempre. Si intenta hacerse el gracioso, dirá alguna impertinencia que molestará y provocará la ira del auditorio, nunca la risa. La hiena con ínfulas es lameculos de los poderosos, ególatra, soberbio, temeroso de Dios, solo quiere que los demás le bailen el agua o, mejor aún, la escuchen con arrobo. La hiena con ínfulas suele ser un pedante insoportable, un don Pelmazo mucho más indigesto que el de los tebeos. La hiena con ínfulas tiene como dedicaciones habituales la de político, la de abogado o la de presentador de televisión. Cuando una hiena con ínfulas trabaja como profesor, el peligro es máximo porque los chicos son para él un manjar, un público sometido al que soltarle la chapa, al que humillar cuando haga falta, al que se le puede faltar al respeto sin ningún reparo. La hiena con ínfulas provoca el miedo entre los alumnos, babea ante ellos, se relame y cuando ve una pieza especialmente débil se lanza sobre ella para saciar su crueldad y compensar sus fracasos entre adultos. La hiena con ínfulas prefiere rodearse de ignorantes porque es a los únicos que puede engañar con su perorata indigesta. La hiena con ínfulas no es muy abundante, pero es tan vomitivo, pegajoso y repelente que la mayoría de los que lo conocen hablan de él constantemente porque lo desagradable (como los crímenes) tiende a ser materia de conversación.  

Divagaciones sobre la enseñanza de la literatura



Es difícil transmitir la pasión por la lectura a adolescentes, muy difícil. Por eso me resulta chocante la ligereza con la que algunos opinan acerca de lo inadecuado de los programas que utilizamos los docentes para inculcar la lectura y la crítica constante contra la enseñanza de la historia de la literatura, tal y como está desarrollada en los currículos. Llevo muchos años intentándolo, he probado con muchísimas variantes y ninguna ha resultado del todo satisfactoria. No, no es cierto que enseñar los clásicos haga aborrecer la lectura, suelen venir aborrecidos de casa. Los clásicos lo son (entre otras cosas) porque sus temas pueden interesar en cualquier época y si se tratan con cuidado pueden ser un medio (desde luego, no el único) para engancharlos a ese mundo extraño de la literatura. Sí que es cierto que nos acercamos poco a los libros contemporáneos y que no aprovechamos el filón de que sus autores puedan conectar de mejor manera con los muchachos (mejor muchachas). La mayoría de los chicos pierde la poca afición que tenían por la lectura en la Secundaria. ¿Por qué?, no lo sé exactamente, pero se pueden apuntar varios factores: la vida social pandillera, el pavo, la multitud de estímulos externos de un país latino, el rechazo adolescente a todo lo que se impone desde la institución escolar... Siempre quedan unos pocos (a pesar del impulso irresistible de lo audiovisual) y esto no ha cambiado desde que yo conozco el mundo. Mis amigos de más de 50 años no leen más que los adolescentes, todo lo contrario. 

Aficionarse a la literatura exige un esfuerzo, una atención y una dedicación que no son necesarios para ver vídeos de Youtube o para enredar con los videojuegos (no con todos) o para pegarle patadas a un balón. La literatura nos ofrece un mundo paralelo de infinitos vericuetos, un mundo más complicado y, como consecuencia, mucho más enriquecedor. En realidad no es un problema que una amplia mayoría no se interese por la literatura. A ver, no a todos los adolescentes se les pide, por ejemplo, que se interesen por la arquitectura. Cuando lo hacen, suelen elegir una carrera que los dirige al conocimiento profundo de ese arte o de esa técnica. Con la literatura no pasa lo mismo, creemos que saber leer nos capacita de facto para acceder a cualquier libro y no es así. Leer literatura necesita de un aprendizaje, de una iniciación, como un arquitecto necesita conocer los fundamentos técnicos y la historia de las construcciones. Muy pocos llegan a ser arquitectos y no por eso nos escandalizamos ni nos rasgamos las vestiduras; como muy pocos llegan a ser escritores de verdad y unos pocos más, amantes de la gran literatura. Sería maravilloso que a todo el mundo le gustase leer libros, como lo sería que a todo el mundo le interesara la arquitectura y cualquier otra de las artes plásticas, pero esto no ha sucedido nunca ni creo que vaya a suceder. 

No leemos tanto como en los países nórdicos porque tenemos más sol y más diversiones, porque gozamos de una interacción social más rica y porque nuestro tradicionalismo ultracatólico nos ha inclinado más a la superstición que a la ilustración, más a la procesión que a la introspección. Leemos menos que el resto de Europa ("que lean ellos", diría Unamuno), pero nos relacionamos más. Es evidente que una sociedad más instruida, más lectora, siempre es preferible a otra más ignorante. Pero también pienso que una sociedad más interrelacionada es más rica y más entretenida que un grupo de individuos encerrados en su cubículo impermeable. Eso sí, en cuanto a las supersticiones, prefiero las de la Grecia clásica. Es más divertido pasear un falo o un coño entre la algarabía general que celebrar la muerte y el fanatismo cada año por las calles de nuestros pueblos. ¿A ver si no leemos lo suficiente porque dedicamos demasiado tiempo a cosernos el capirote?

miércoles, 30 de marzo de 2022

Mi opinión sobre la huelga de transportistas

Uno de los camiones que más me ha impresionado de todos los que he visto por esas carreteras del mundo fue aquel en el que destacaba el siguiente lema: "LA MÁKINA DEL AMOR", así, en letras mayúsculas sobre el parabrisas, en tipografía roja fuego. La puerta del conductor la adornaba una muchacha espectacular en paños menores y con la lengua fuera. Ayer mismo, después de la vuelta del transporte pesado, tuve la oportunidad de disfrutar de otro camión si cabe más estremecedor que el anterior. Estaba dedicado al transporte de animales y en su parte trasera había una gran fotografía donde dos lechoncitos sonreían alegremente sentados en un aula antigua con pupitres de madera. ¿Puede haber algo más enternecedor? La imaginación vuela y se te va a esos lechones recién sacados del horno, engrasados, apetitosos y vestidos con babero de rayas. ¿Dos lechones o dos tiernos niños de ocho años?, qué importa, ahí está la gracia y el arte publicitario de esa fotografía gigante. Por favor, no paréis más, no nos privéis del arte naïf de autovía.  

"Elogio de los libros que odias a los 15 años" por Javier Rodríguez Marcos




1 El futuro siempre tiene razón. Y dice: alguien de 75 años puede hacer una transferencia en un cajero automático, pero alguien de 15 no puede leer un texto escrito en su propio idioma.

2 Prueba de examen: A. “Te quiero ride como a mi bike / hazme un tape modo spike / yo la batí hasta que se montó / segundo es chingarte / lo primero Dios”. B. “El amor faz sotil al omne que es rudo; / faze le hablar fermoso al que antes es mudo”. ¿Cuál de ellos parece más medieval?

3 El texto A, los menores ya lo han adivinado, es de Rosalía. El B, tal vez lo recuerden los mayores, del Arcipreste de Hita. El primer disco de la cantante ―Los ángeles― incluye una versión de Aunque es de noche, de san Juan de la Cruz. El Arcipreste, por su parte, ha sido invocado como antecedente por una de las escritoras más contestatarias de la actualidad, Cristina Morales, autora además de una novela feminista titulada Introducción a Teresa de Jesús, redactada en un castellano que remeda el del siglo XVI. Cuesta creer que se hayan roto los puentes con el pasado. Por mucho que incomoden las películas en versión original. O en blanco y negro.

4 Hércules y Spiderman son lo mismo: superhéroes.

5 Un reciente estudio sobre la enseñanza de la literatura señala la torpeza de seguir utilizando como criterio la cronología y la nacionalidad. Muy cierto. Sobre todo si se le suma el regionalismo autonómico ―un poeta cacereño en lugar de Cernuda― y se insiste en obligar a los alumnos a memorizar nombres y títulos que olvidan cuando aprueban la EBAU.

6 A eso, nos dicen, hay que añadirle tres problemas: el aislamiento asociado al acto de leer, la longitud de los textos y su antigüedad. No es un tema menor: ahora parecen defectos lo que antes se consideraban virtudes.

7 “Fue escrito por un Balzac medieval. La guerra es para él, ante todo, una empresa financiera. Dado que la guerra es costosa, esta debe ser rentable. La cabeza del caballero, hasta que alguien se la corta, estaba siempre llena de cálculos”. Así analiza Wislawa Szymborska el Poema del Cid en sus Lecturas no obligatorias. Tal vez Balzac necesite una nota al pie, pero la interpretación “polaca” de la Reconquista no tiene desperdicio.

8 Lo obligatorio es anatema. Sin embargo, a cierta edad lo son las matemáticas y las espinacas. Todo depende de cómo se cocinen.

9 El dilema es este: formar estudiantes para los clásicos o reformar clásicos para los estudiantes. Es cuestión de grados: también Mozart tuvo su Luis Cobos.

10 El pasado siempre es sospechoso. Por eso nos empeñamos en decir que los fenicios eran como nosotros y que Velázquez retrata a la perfección la sociedad actual. Tal vez resultaría más interesante subrayar lo mucho que les debemos y lo poco que nos parecemos a ellos. Como los seres humanos de 15 años respecto a los de 75.

viernes, 25 de marzo de 2022

El pañuelo de Marlon Brando



Marlon Brando llevaba un pañuelo al cuello en la película El rostro impenetrable que cayó en manos de Chiquito de la Calzada. Uno de los aficionados japoneses al cante flamenco más ricos del mundo asistió a una actuación de Chiquito en Tokyo antes que este fuera humorista famoso. Tanto se emocionó con los jipíos del cantaor que Haruki (así se llamaba el millonario japonés) le regaló el pañuelo de Marlon Brando. Se lo entregó con la cabeza gacha en señal de absoluta admiración: "Esto es lo que más aprecio de la cultura occidental. Tú lo debes tener porque nadie me ha emocionado más con una canción". Chiquito no sabía qué hacer con el pañuelo de Marlon Brando. Se lo puso en una de sus películas "Aquí llega Condemor, pecador de la pradera", calificada con estrella y media por Filmaffinity, donde actuaba junto a Bigote Arrocet. Arrocet se salvó de una estampida de caballos en esa misma película y atribuyó su suerte al pañuelo que ese mismo día le había dejado su amigo Chiquito. Sabedora del poder mirífico del pañuelo, Leticia Sabater le robó el amuleto a Bigote, quien le había dicho a Chiquito haberlo perdido en el hospital. La suerte no tardó en visitar la casa de Leticia. Pronto le llegó el contrato de azafata de la Vuelta y el salto a la fama. Su éxito con la "Salchipapa" avisaba de que todavía obraba en su poder el pañuelo de Brando en 2016. Aún en 2019, su canción, "18 centímetros, papi", es indicio seguro de que no había perdido su talismán. El pañuelo de Marlon Brando se vio por última vez en el coche de Pedro Sánchez, al poco de empezar su gira para convencer a los afiliados del PSOE de que era el candidato ideal para presidir el partido. Si lo tiene él todavía o si lo perdió a manos de Trump en una famosa timba que organizó Putin a finales del 2019, nadie lo sabe. Muchos son los buscadores de tesoros que andan tras él, muchos los ufólogos, pediatras y cantantes de ópera que suspiran por poseerlo y más numerosos aún los periodistas de televisión que rezan por encontrarlo. Según se dice en algunos mentideros, es una fuente inagotable de historias que luego serán galardonadas en los Premios Primavera, Planeta y Nadal. Otros aseguran que es Bertín Osborne quien lo tiene, por qué si no iban a darle a este señor un programa en televisión. Aunque es un argumento muy endeble, si miramos con detalle la parrilla televisiva de nuestras cadenas.      

domingo, 20 de marzo de 2022

La edad de la tonsura

Estoy entrando en la edad del sorbete y la papilla. La edad de la barriga cervecera, de la tonsura, del peligro en la bañera, del oído corto y la larga carraspera. Sí, la edad en la que, si estornudas fuerte, se te sale la hernia y si te desperezas, se te montan varios músculos del costado y uno en la entrepierna. Esa edad en la que ingresas en el colectivo LGTB porque la sexualidad no es ni de una ni de otra acera, sino algo etéreo, de fuera. Esa edad en la que, al entrar a clase, hay tanta distancia entre uno y los alumnos que parecen de otra especie, una bandada de patos, una jauría de hienas...Esa edad de las canas, la tonsura y melenas en las orejas. Esa edad grosera, de linimento, omeprazol, barrillos en la piel y vista de madera. Esa penuria de hombre con talegas. Esa edad de la decadencia: la cercanía de la tierra. 

miércoles, 16 de marzo de 2022

Distopías

En un país europeo llamado Uspania ha sido elegido como presidente un botarate de inclinaciones nacionalistas y populistas. La mitad de los habitantes de la región de Catabás, al norte de Uspania, se siente distinta al resto, son mucho más ricos, tienen otra lengua y esto anima a sus políticos regionales, con ambiciones nacionalistas y populistas, a azuzar la bicha del independentismo. Se organizan manifestaciones y referéndums no autorizados para proclamar la independencia de Catabás. El presidente de Uspania, enfervorecido también con el espíritu del fanatismo nacionalista, decide actuar militarmente contra Catabás. El ejército bombardea poblaciones de la región independentista y provoca muerte y destrucción. Al cabo de unos años, lo único que ha prosperado es el veneno del odio. 

El país frontero con Uspania y con Catabás elige a un presidente megalómano, con tendencias imperialistas, nacionalistas, populistas y un tanto tarado. Frusia, que así se llama este imperio, es un país mucho más poderoso que Uspania, incluso dispone de armamento nuclear. El presidente de Frusia, aprovechando la trifulca nacionalista y el conflicto bélico del país vecino, apoya las reclamaciones de los políticos independentistas de Catabás y denuncia el comportamiento del presidente de Uspania. Sin más reflexión y sin tener en cuenta las consecuencias de que un país nuclearizado comience una guerra imprevisible, se lanza militarmente no solo en apoyo de la región de Catabás, sino contra todas las ciudades importantes de Uspania y provoca más muerte y más destrucción. El odio se extiende y ramifica como una enfermedad terminal. Otros países, asustados unos y ambiciosos otros, amenazan con entrar en el jolgorio de la muerte y la destrucción.  

Los dioses, desde el Olimpo, imbuidos también de carácter nacionalista, populista no, imperialista y caprichoso creen que el presidente de Frusia les va a privar de erigirse en adalides del apocalipsis. Azuzados también por la ambición y la megalomanía, arrojan un asteroide contra la Tierra. Están satisfechos, aunque un regusto amargo queda en todos ellos, ya no podrán divertirse con las aventuras nacionalistas y populistas de esos líderes políticos tan estrambóticos.