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miércoles, 6 de julio de 2022
El tiempo como Photoshop
martes, 5 de julio de 2022
Temas de actualidad
A continuación os regalo información básica sobre temas candentes de actualidad para que andéis preparados en el abigarrado mundo de las redes sociales. Recordad que no dominar estos asuntos, no estar informado y participar en las redes sería igual que andar desnudo por la Gran Vía. No me lo agradezcáis, es un taparrabos que os ofrezco muy a gusto:
-Volcanes: montañas con agujeros por los que a veces escupen fuego.
-Vacunas: bichitos invisibles y escuálidos que matan manadas de bichitos de su misma especie por altruismo.
-Luz: profesora que me dio clase en el instituto, de voz grave. No creo que fuera muy cara.
-Negacionismo: vanguardia artística surgida en los años veinte del siglo XXI. Su lema es: "Opérate a ti mismo".
-Puigdemont: no me gusta el fuet, poco más puedo decir.
-Botellón: movimiento insurgente y reguetoniano que no comulga con la limpieza ni con el silencio.
-Cambio climático: las modas son así, siempre vuelven. Nostalgia del diluvio universal.
-Messi: un argentino, como Cortázar, embaucado por París.
-Afganistán: ¡Uuuuuuf!
lunes, 4 de julio de 2022
Puigdemont es Moisés
Anteayer, ocho y media, en casa de Puigdemont:
Puigdemont: ¡Collons, tú!, ¿cuánto hace que nadie habla de mí? Milenios... La gente se va a olvidar de mi pelucón y nadie va a recordar mi heroica efigie de adalid catalán.
Asesor: Es cierto, señoría, que últimamente la prensa no habla mucho de usía, pero estoy seguro de que el pueblo catalán lo tiene siempre presente en sus oraciones, como los españolistas tendrán a Abascal en las suyas.
P: Sí, estaré presente en sus oraciones, pero eso no me sirve. Tenemos que hacer algo. No podemos dejar que nos engulla el ostracismo.
A: Qué bien le están yendo las clases de vocabulario, señoría. Eso de "ostracismo" nunca se lo había oído. Pero espere, creo que tengo una idea para acaparar de nuevo la atención de los medios y para que nuestra fiel masa catalanista se lance a la calle en defensa de la figura eximia de su líder.
P: ¿Ah, sí? A ver, explícame, que tú siempre has sido muy ocurrente.
A: ¿Qué le parece si montamos un viaje, por ejemplo a Cerdeña, nos detienen y así convocamos a toda la prensa europea?
P: ¿Y no será muy arriesgado?, ¿a ver si al final voy a parar a las asquerosas cárceles españolas como el necio de Oriol?
A: Ningún riesgo. Es de primero de Derecho. Avisamos a las autoridades italianas de que va a ir por allí, lo detienen, lo encarcelan y, al día siguiente, lo sueltan. Se monta el pollo en los medios. Aseguramos unas manifestaciones catalanistas, que están bastante apagadas desde hace un tiempo, tomamos el sol, relanzamos su brillante figura de héroe inmarcesible de la patria catalana y reivindicamos la independencia y el fuet Tarradellas.
P: Oye, tú, collonut. Que echo mucho de menos el sol y el calor de la masa, nen, que no sé vivir sin mis fieles. Un héroe, un nuevo Moisés, no puede estar todo el día entretenido con el parchís y la Play. Nosotros necesitamos el vocerío de nuestros fanáticos y ellos se alimentan de la luz de su líder. Esperan a alguien que les separe las aguas, a mí. ¡Prepárame la maleta!
domingo, 3 de julio de 2022
Ajustarse a los relojes
sábado, 2 de julio de 2022
La dificultad de hacer comedia
Qué difícil es hacer buen teatro y todavía más escribir una buena comedia y, aún más, representarla con gracia. La comedia, desde sus orígenes griegos, era transgresión, escándalo, crítica de costumbres, incomodidad, acidez, bisturí envenenado. Luego, con el paso del tiempo, las imposiciones del poder y la abulia de la burguesía, la comedia se vistió de amabilidad, blandura, miel y polillas. Se pervirtió su sentido original, para acabar con su esencia. Solo unos pocos, casi siempre con problemas para estrenar sus obras, se empecinaron en ser fieles a sus principios revolucionarios.
La risa es un método infalible para remover conciencias y avivar llamas extinguidas. La comedia, la gran comedia es el licor de los dioses, tan sabroso como difícil de conseguir. Me gustaría haber asistido a las obras de Aristófanes y de Menandro en su tiempo, porque si leídas en el siglo XXI, me resultan más apetecibles y voraces que la mayoría de las actuales, no quiero imaginar cómo las disfrutaría un griego de su época. He visto una Cantante calva esplendorosa, magnífica, con la que reí y gocé del teatro como pocas veces y también otra Cantante calva con la que por poco aborrezco las comedias de por vida. Me encanto todos los veranos con alguna comedia de Lope representada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico; recuerdo un Enfermo imaginario desternillante; un Martes de Carnaval, apoteósico; al Brujo, un genio; a Els Joglars, magníficos... Pero son mucho más numerosos los bodrios a los que he tenido el disgusto de asistir. Porque la comedia es un arte reservado para los elegidos, para los enviados de los dioses, para los que tienen el don, tanto en su escritura como en su representación. Hace poco, en una crítica periodística, leí que en la comedia no hay que buscar las profundidades estéticas e ideológicas de la tragedia. Solemne barbaridad. Cuando la comedia es comedia de veras, no solo hay un mayor disfrute artístico, sino que las situaciones calan mucho más que las de una tragedia, aunque solo sea por su singularidad, porque encontrar una buena comedia es como hallar la cordura en las palabras de un político.
Iba a hablar de la versión que Juan Carlos Rubio ha hecho del Anfitrión de Moliére y que vi el viernes pasado en Albacete, pero lo voy a dejar aquí.
viernes, 1 de julio de 2022
La literatura es asunto de frikis
jueves, 30 de junio de 2022
Reivindicación social
¿Se puede vivir sin calzoncillos? Sí, rotundamente, sí. Es más, los calzoncillos se han convertido en un instrumento de opresión y sometimiento. Ir sin calzoncillos significa andar libre, sin las trabas que amordazan nuestras partes pudendas. No hay una sensación tan grata de libertad como la de bañarse desnudo en el mar, saquemos enseñanza de ello. Ir sin calzoncillos supone dar una bofetada al establishment, a las convenciones y avanzar un paso más en la conquista de la verdadera libertad. Los calzoncillos son en realidad las mascarillas de nuestro aparato genital. Si tanto deseamos quitarnos el bozal en cuanto podemos, es porque nos falta el aire y porque necesitamos mostrar nuestro aparataje gestual, sin el que estamos disminuidos comunicativa y afectivamente hablando. Lo mismo debería ocurrirnos con los calzoncillos, pero no lo vemos porque un contubernio masón nos ha empujado a considerar como natural una prenda totalmente represiva. Y no temáis al pantalón vaquero ni al de pana, os puedo asegurar que el roce con esas telas recias no molestan, al contrario, nos hace más fuertes. Es una prenda inútil, que no aporta nada y solo sirve para acojonarnos. Di no a los calzoncillos (siempre que no seas dueño de una corsetería), libérate, lucha por tus derechos glandulares.
miércoles, 29 de junio de 2022
C. Tangana y Calisto
martes, 28 de junio de 2022
Fiestas vanguardistas
lunes, 27 de junio de 2022
"Montaigne y el arte del buen morir" por Rafael Narbona
Certificados de excelencia
Hoy, en mi instituto, se han entregado los certificados a las alumnas que el año pasado demostraron su aprovechamiento pedagógico en las aulas. Y digo alumnas porque es así, de los 32 premiados, 25 han sido chicas. Es decir, los mejores expedientes de 2º y 3º de ESO de 2020-2021 han recaído en 25 chicas y siete chicos. La sentencia es abrumadora. Desde un tiempo a esta parte viene siendo así, en todos los institutos en los que he dado clase y la brecha es cada vez más grande. Es más, este año, los chicos de 3º de ESO parecen niños tutelados por sus madres o por sus tutoras, mucho más inteligentes, poderosas y maduras que ellos. El que no haya dado clase en estos niveles no puede ni imaginarse cuál es la distancia entre chicos y chicas. Lógicamente, cuando llegan a bachillerato, la mayoría de chicas es abrumadora, tanto en ciencias como en letras. Lo que es alucinante es que esta realidad no se traslade al mundo laboral. Esto viene sucediendo desde hace bastantes años, de forma cada vez más radical y, sin embargo, los puestos del poder siguen estando en manos de los hombres. Veo una clase de ESO o de bachillerato y no me cabría en la cabeza que los líderes fueran ellos, porque no lo son de ninguna de las maneras, porque son minoría y porque apenas tienen representación. ¿Por qué en las grandes empresas y en los partidos políticos no se muestra esta preponderancia de la mujer? No lo sé, pero es insultante. La mediocridad nos gobierna y dirige nuestras empresas, ¡cuidado!
domingo, 26 de junio de 2022
"El dipo del rey"
sábado, 25 de junio de 2022
"Lo raro es vivir" de Carmen Martín Gaite
De Carmen Martín Gaite solo había leído un ensayo y no sabéis lo que lamento no haberme acercado a nada de ella antes (puro mal azar). Lo raro es vivir es una novela íntima y espectacular. Hacía tiempo que no leía nada tan bien escrito, entre otras cosas porque últimamente me estoy dedicando a leer obras de gran aceptación popular. Lo raro es vivir está escrita en un estilo reconocible, con sentido del humor y con un oficio que solo se le reconoce al verdadero escritor, no a estos que últimamente he estado leyendo. Lo raro es vivir es más moderna que cualquier novela de Sara Mesas, de Manuel Vilas o de Marta Sanz, tres autores que son los que menos me han disgustado de la última hornada de novela española. Martín Gaite emplea la metáfora de una forma irónica y con tal desparpajo que les da sopas con honda a todos los aspirantes a literatos desde los ochenta a esta parte. La palabra de Carmen Martín Gaite se saborea como los helados italianos, no se queda en el hielo insulso de los calipos. Es una gozada avanzar en la historia con fluidez y con la sensación de que te están diciendo algo muy trascendente en cada frase. Y así es, porque vuelves sobre ellas y descubres que cada palabra está medida, ajustada, bien elegida. Las vicisitudes de Águeda, la protagonista del relato, son tan importantes como su capacidad para usar la metáfora, porque el personaje y el lenguaje se funden con su personalidad. La sinopsis de la trama no me atraía en absoluto y, sin embargo, la lectura de la novela me ha resultado apasionante. No solo se trata de saber escribir, sino de tener oficio, de romper las normas y de aportar algo nuevo, original. No recuerdo ahora mismo ningún novelista de los 90 que me haya causado una impresión similar, ni mucho menos. Es más, si Martín Gaite hubiera escrito esta obra hoy para mí sería el epítome de una nueva generación de novelistas. Voy a por el resto de su producción.
viernes, 24 de junio de 2022
Escribir
jueves, 23 de junio de 2022
Astronáutica y pedagogía
Imaginad que os dedicáis a la astronáutica y que estáis trabajando en una estación espacial. Llega un día un autobús con turistas y, al pasar por vuestro puesto de trabajo os preguntan por la exploración del espacio. Vosotros, con más de treinta años de experiencia en el mundo de los cohetes, les explicáis lo difícil que resulta mandar a un hombre fuera de la Tierra y que nunca estáis seguros del todo sobre lo que va a pasar. En ese momento, esos visitantes, que lo más cerca que han estado de una nave espacial fue cuando se comieron un cornete "Apolo", empiezan a cuestionar vuestra labor y a deciros cómo deberíais preparar el fuselaje de la nave, cómo preparar a los astronautas y qué programas deberíais mejorar para conseguir un rendimiento mayor de los vuelos espaciales. No sé, ¿es impensable, no?, que alguien sin puñetera idea de astronáutica os diera lecciones sobre algo en lo que vosotros lleváis trabajando más de treinta años, algo tan complejo como un viaje espacial. No, no podría ocurrir.
Bueno, pues esta distopía (si no uso esta palabra, me muero), al trasladarnos al ámbito de la enseñanza, se convierte en una realidad diaria. En los medios, en la calle, en el propio instituto, en los bares, periodistas, escritores, cantantes, camareros, banqueros, se nos acercan y nos dicen lo mal que hacemos las cosas. Cualquiera de ellos te diseña un plan infalible para aficionar, por ejemplo, a los adolescentes a la poesía o para hacerlos filósofos o ingenieros expertos. No sé que es más difícil, si lanzar un cohete al espacio o acertar con los métodos de enseñanza adecuados para moldear personas instruidas y críticas, no lo sé. Lo que está claro es que los especialistas en educación abundan por doquier, aunque el último contacto con un aula se remonte a la misma fecha en que se comieron el cornete Apolo. Los especialistas en astronáutica se ven poco. Somos un país de letras.