El Museo Nacional de Escultura de Valladolid es una rendición absoluta al tremendismo. La habilidad de los artistas del Siglo de Oro (Juan de Juni, Berruguete, Gregorio Fernández...) supieron plasmar con toda precisión lo que la Iglesia les pedía: trasladar el terror a la muerte a los feligreses, metérsela en el tuétano. Degollaciones, crucifixiones, amputaciones, incineraciones, heridas sangrantes, calaveras por doquier... Los gestos de los mártires transmiten una angustia horrorosa, hasta las imágenes de niños sirven para el mismo fin. Como culminación, un esqueleto a cuerpo entero, del que todavía no se ha desprendido la piel de pergamino, termina por revolverme las tripas. A ver quién se come ahora las mollejas de lechazo que tenía pendientes. Quien todavía dude de la calidad de la imaginería barroca o de que la Iglesia se aliimenta del pánico a la muerte y lo explota sin ningún pudor, que se pase por la iglesia de San Pablo: pavoroso.
Secciones
Degollación de la rosa
(636)
Artículos
(447)
Crónicas desde la "indocencia"
(159)
Literatura Universal
(153)
Bachillerato
(130)
Eva
(84)
Libros
(63)
El Gambitero
(32)
Criaturas del Piripao
(27)
Torrente maldito
(27)
Te negarán la luz
(22)
Bilis
(19)
Fotomatón
(19)
La muerte en bermudas
(18)
Las mil y una noches
(15)
Sintaxis
(13)
El teatro
(12)
XXI
(6)
Reliquias paganas
(3)
Farsa y salvas del Rey Campechano
(2)
Caballero Reynaldo
(1)
martes, 1 de agosto de 2023
Museo Nacional de Escultura de Valladolid
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