jueves, 21 de mayo de 2020

La revolución espontánea


Se avecina una revolución. No como la que pretendieron Trotski o Bakunin, no, esta va a ser de generación espontánea, y si no, al tiempo. Si, debido al confinamiento, nos acostumbramos a no frecuentar los bares, la mayoría tendrá que cerrar, y esto cambiará nuestro modus vivendi. Los empleados y propietarios de cafeterías, pubs, tabernas, etc., deberán buscarse la vida en otros sectores y cambiará la idiosincrasia económica del país. Nos convertiremos en centroeuropeos o, lo que es peor, en nórdicos. Comeremos a las 12 de la mañana, nos acostaremos a las 8 de la tarde, ascenderemos en la clasificación de PISA, subirá el índice de suicidios, nos volveremos más rubios y llevaremos calcetines blancos con sandalias. Nuestra sociedad cambiará radicalmente. Donde ahora hay chiringuitos de playa, tras la revolución se construirán saunas y gimnasios; donde hay plazas de toros, mañana se habilitarán fosos de petanca; donde chabolas, viviendas unifamiliares; donde hay iglesias, habrá iglesias; donde hay bancos, habrá bancos; donde tablaos flamencos, mañana falansterios... Los carriles bicis superarán en extensión a los de los coches y el silencio se adueñará de las calles, sin embargo, dormiremos peor y habrá que echar mano de ansiolíticos y pastillas para dormir. Tendremos más tiempo de ocio y no sabremos en qué gastarlo, porque no estamos habituados a leer ni a conversar sin alcohol, lo que nos llevará a buscar bares. El aumento de demanda hará que se abran nuevos negocios  de restauración y alcanzaremos los mismos niveles etílicos y acústicos que antes de la revolución. Nos quitaremos los calcetines blancos, volveremos a los horarios antiguos, bajaremos en el informe PISA, volverán los chiringuitos, se nos oscurecerá el pelo, los fosos de petanca se usarán para hacer botellones y los carriles bici vendrán muy bien para ampliar las terrazas. El problema fundamental y aquí quería llegar es ¿qué hacemos con los falansterios? Pues está claro, macrodiscotecas. 
¿Que a esto no se le puede llamar revolución?, bueno,"Ariel" tampoco creo que revolucionara la colada y así se proclamaba en todas las televisiones del país. No seáis tiquismiquis.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario