¿Por qué el silencio solo
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domingo, 6 de noviembre de 2011
Silencio
¿Por qué el silencio solo
sábado, 5 de noviembre de 2011
Torrente maldito (octava entrega)
Después de algunos problemas con Internet, sigue la saga, ahora le toca el turno al fragmento escrito por RAQUEL REJAS. También incluyo mi parte. La próxima en escribir será IRENE MADRID. No os perdáis los siguientes capítulos.
-¿Hay alguien ahí? -preguntó Carla Sterling con la voz temblona.
No obtuvo respuesta. Los huesos de las dos amigas se entrechocaban en las convulsiones involuntarias del miedo. El corredor aparecía tan oscuro como por la noche. Julia sacó del bolsillo una pequeña linterna que utilizaba para buscar en las profundidades de su bolso cuando iba a "El Cráter". Se la pasó a Carla y escondió sus delgados 16 años detrás de su amiga. Los murales de las paredes se mostraban incompletos y temblorosos. Llegaron a la habitación de la bestia. Una gélida flecha de viento heló el rostró de Carla. Quedó inmovilizada, como la noche anterior, en el umbral de la puerta. Julia huyó despavorida escaleras abajo al escuchar un chillido penetrante muy parecido al de una rata. Carla se vio envuelta por unos brazos que le acariciaban los costados. Las manos desconocidas penetraban en su piel gelatinosa y la amasaban hasta proporcionarle, en el estado hipnótico en el que se encontraba, un placer insólito. Ascendieron los dedos hasta su barbilla, palparon los huesos de su mandíbula y una lengua viscosa se abrió paso entre sus labios. Una nueva ráfaga agria la despertó, abrió los ojos y vio cercano el rostro de quien la estaba besando. Cuando su mirada reparó en las cuencas vacías del amante inesperado, aulló con fiereza y apartó de sí a ese cuerpo joven y alto. Llamó a Julia con todas sus fuerzas, pero no la encontró hasta que llegó sin resuello a los bancos de la plaza...CONTINUARÁ.
El relato de Raquel:
Para poder encontrar a Carla tenían que dividirse para dar con el paradero de aquella cosa que no sabían qué era. Hicieron varios grupos, todos ellos acompañados por tres o cuatro policías, para que el monstruo no pudiera hacer daño a más gente. Decidieron dividirse el edificio en seis partes y a cada grupo se le destinaría una distinta, para así buscar en todos los rincones, sin dejarse uno donde mirar. Mientras tanto, Carla estaba en el hospital, sin saber qué le pasaba. No sabían qué medicamento darle para curarle lo que aquel monstruo le había hecho. Al lado de ella estaba su madre, llorando, sin saber qué hacer..., no paraba de echarse todas las culpas de lo que había pasado, por dejarla salir de casa. De repente, la chica entró en estado de coma, haciendo que todos los médicos se alarmasen. Su madre decidió llamar a Marcelo para contarle en el estado en que se encontraba Carla, para que así buscasen más rápido por aquel horroroso lugar. Marcelo, al enterarse, y al saber que todo lo que estaba pasando era únicamente por su culpa, se puso como un histérico a buscar, pero el monstruo no aparecía. Toda la gente se reunió en la puerta principal, perdiendo todas las esperanzas de poder salvar a Carla. Todos menos Marcelo, que estaba en la habitación donde el monstruo tuvo retenida a su novia, intentando encontrar algo que le llevara al paradero de aquel esperpento. Buscaba en el sillón donde había estado sentado el monstruo, pensando que desde ese mismo lugar había estado mirando a su novia. Esto hacía que le recorriese un escalofrío por todo el cuerpo. Miraba las paredes, el suelo... Cuando se paró a pensar que sus amigos le habían dado con la barra de hierro en la nuca, entonces pensó que si fuera una persona normal habría sangre en el suelo, pero allí no había nada. Esto hizo que Marcelo se preocupara cada vez más, lo que le llevaba a pensar hasta en voz alta.
-¿Qué será?... ¿Qué será lo que realmente tenía a Carla?..., ¿un monstruo, un fantasma, un vampiro?... CONTINUARÁ.
viernes, 28 de octubre de 2011
Torrente maldito (séptima entrega)
SILVIA PAÑOS nos ofrece la continuacíón del relato que ya va tomando un camino muy interesante. Atentos a los momentos de pánico y a la relación de los personajes principales. Por otro lado, ofrezco mi continuación que ya poco tiene que ver con el relato de los alumnos de segundo. La siguiente en escribir será RAQUEL REJAS. No os perdáis esta inquietante aventura.
Mi relato:
-No te asustes Carla, soy yo. Te he llamado a gritos y no me oías. No sé qué te pasa, estás muy rara. Mira qué cara llevas, pareces recién salida de un "after" -le espetó su amiga, con toda la sinceridad de la que no era capaz de usar con otra persona que no fuera Carla.
-¿Y las demás?
-No creo que vengan. Raquel se enfadó mucho contigo anoche por la espantada que diste y, sobre todo, por no pagar tu chupito, aunque terminó bebiéndoselo ella. Me acaban de llamar para decirme que se iban a la capital para comprarse los vestidos de Nochevieja con sus padres -refirió Julia con la misma sinceridad aplastante.
-¡Ay!, Juli, tienes que ayudarme. No sé qué me pasó anoche. Ya dudo de si fue real o no lo que me sucedió, pero el móvil no lo tengo. Debo entrar a este maldito edificio. Debo comprobar si me estoy volviendo loca o no y, además, quiero recuperar mi Nokia. ¿No tenía Raquel una llave maestra de la puerta trasera? -inquirió Carla.
-Sí, pero se la dio a Marcelo porque se encontraba angustiado por las notas del primer trimestre y quería saber las preguntas de los exámenes.
-¡Marcelo, Marcelo, Marcelo! ¡Estoy hasta la yesca de Marcelo! Él ha tenido la culpa de toda esta mierda que me está pasando... Y si intentamos entrar por la rejilla de la calefacción y...
No había terminado de explicar su plan cuando la hoja del portón crujió para quedarse entreabierta. Julia se aferró con fuerza al brazo de Carla. Las dos presentaban una endeblez física similar, así como una parecida falta de decisión. En este trance, y ayudada por las nieblas del insomnio, Carla tomó las riendas de la empresa y arrastró a su amiga hacia el interior...CONTINUARÁ.
Continuación de SILVIA PAÑOS:Carla estaba muy asustada, no paraba de moverse. Al estar atada en la silla, no podía moverse. La silla y ella cayeron al suelo, mientras el gran hombre curvado (no se sabe bien si humano o monstruo) la observaba. Carla yacía en el suelo. Miró a la puerta, cerrada otra vez. Al girar el cuello, se vio todo el hombro de la camiseta manchado de sangre. La sangre procedía de la mordedura de su cuello. Carla, cada vez más nerviosa y aterrorizada, no paraba de gritar, pero nadie le hacía caso, nadie le ayudaba, ni siquiera el ser que tan solo estaba a unos metros de ella.
Marcelo y Lucía seguían corriendo por los pasillos del Edificio Central. Estaban cansados y ellos solos no podían continuar con la misión de encontrar a Carla. Llamaron a Miguel, a Marcos, a Daniel, a Marta, a Martina..., a todos sus amigos. En pocos minutos. Marcelo y Lucía estaban con sus amigos en el Edificio Central, todos con el mismo objetivo: encontrar a Carla. Ella seguía encerrada, gritando y atada en esa tenebrosa habitación. Los amigos corrían recorriendo los pasillos, abriendo todas las puertas, hasta que llegaron a una que no se podía abrir. El pasillo estaba muy oscuro, los chavales comenzaban a tener miedo, pero no se podían dejar ninguna puerta sin abrir, ya que no podrían soportar la idea de que dejaran la puerta y su amiga Carla estuviera allí.
Carla, cansada de tanto gritar, hizo una pausa. Todo se quedó en silencio. En ese momento escuchó la voz de Marcelo. Carla comenzó a pedir ayuda de nuevo. Marcelo y los amigos comenzaron a intentar abrir la puerta y con unos destornilladores que estaban en la sala de al lado consiguieron abrirla. La sala estaba oscura, no se veía nada. Encendieron un mechero y todos se asustaron mucho al ver lo que había. Miraron por toda la sala y encontraron a Carla tumbada en el suelo, atada a la silla. Todos los amigos intentaban desatarla, estaban alrededor de Carla y de repente apareció por detrás un ser muy grande, muy feo y espantoso. Los chavales estaban aterrorizados. En la sala no estaban todos los amigos, faltaban David y Alberto. Eran los únicos que podían salvarse del malvado monstruo, pero llegaron corriendo, con algo muy pesado en las manos, una barra de hierro que buscaron para poder abrir la puerta, pero al llegar y verla abierta, emplearon la barra metálica para otra cosa. Le dieron un golpe al ser que estaba asustando a sus amigos en la nuca y cayó al suelo inconsciente. Los amigos liberaron a Carla y la llevaron al hospital porque su cuello no paraba de sangrar. En el hospital las noticias no fueron muy buenas: para curar a Carla necesitaban saber qué le había mordido. Los amigos y las enfermeras avisaron a la policía y todos fueron al Edificio Central a buscar al ser que había mordido a su amiga. O lo encontraban, o su amiga podía morir.
Una vez en el Edificio Central, los amigos de Carla y la policía...CONTINUARÁ.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Torrente maldito (quinta y sexta entregas)
El relato avanza con mucha rapidez. En esta ocasión, las que escriben son NOEMÍ MOYA y MÍRIAM POVEDA (casi no me da tiempo a volcarlos en el blog). Atentos a cómo han tomado diferentes direcciones los dos relatos, aunque los personajes principales siguen siendo los mismos. Crece el interés por saber qué les va a suceder. El próximo en escribir se decidirá mañana en clase. Ahí van.
Mi relato:
-El Edificio Central..., estaba abierto..., la ventana se rompió...., y subí..., no sé por qué...., pero subí -el recuerdo próximo de su aventura volvió a alterar a Carla-. Vi un bicho terrible..., no sé lo que era..., me seguía..., me siguió por todo el pasillo... ¡Coño!, el móvil..., me dejé allí el móvil.
Las amigas de Carla pensaron que desvariaba. Se apercibieron de lo descompuesto de su gesto y de los hechos absurdos que relataba sin ninguna ilación. El agua profunda de sus pupilas bailaba en el desvarío de su narración.
-Tranquila, tía. ¿Qué dices del Edificio Central? Los únicos bichos horribles que hay allí se van en vacaciones y ya nos martirizan bastante durante el curso para que nos acordemos de ellos ahora. Todo esto es culpa de Marcelo -cortó Denia abrazando a Carla por los hombros. Su corpulencia le permitía esconder bajo su regazo el pequeño cuerpo de la asustada amiga.
-Tenéis que acompañarme allí mañana. Tengo que recuperar el móvil. Mañana, en el Edificio Central.
-Pero, ¿para qué entraste? -preguntó intrigada Julia que ya empezaba a ponerse nerviosa ante el relato de su amiga. Era la única que había creído algo de lo que contaba Carla.
-No lo sé. Algo me impulsaba hacia adentro. No sé... Quedamos mañana en la puerta del Edificio -se levantó Carla sin haber probado el chupito e ignorando los requerimientos de sus amigas para que se quedara.
Cuando Carla se presentó en los jardines que circundaban el Edificio Central, lanzó la vista hacia la ventana destrozada la noche anterior y comprobó con sorpresa que la persiana estaba cerrada. El portón central también se encontraba perfectamente sellado. Notó que algo se le posaba sobre el hombro.
La continuación de Noemí:
Al separarse, Marcelo estaba muy preocupado por Carla. Se arrepentía de haber discutido con ella. Lucía no dejaba de oír ruidos extraños y decidió sacar su móvil del bolsillo para alumbrarse entre los oscuros pasillos. De repente, alguien agarró a Lucía por detrás y la tiró al suelo. Lucía comenzó a gritar:
-Lucía: ¡Marcelo, Marcelo, ayúdame, Marcelo! -Marcelo, al oír los gritos de Lucía llamándolo, corrió por los oscuros pasillos hasta llegar a ella.
sábado, 22 de octubre de 2011
Cotidianidad
El yugo bien ajustado a la cerviz
Torrente maldito (cuarta entrega)
Y ya estamos en la cuarta entrega. Las narraciones toman cuerpo y se van convirtiendo en relatos de terror que comienzan a mostrar sus garras por debajo de la puerta de la normalidad. En esta ocasión, la continuadora del relato es la alumna de 2º de Bachillerato, MONTSE MARTÍNEZ. Como siempre, incluyo también mi parte. La próxima en hacerlo (de nuevo elegida en sorteo limpio) será NOEMÍ MONTOYA.
-¡Tía!, ¿dónde estabas? Te hemos estado buscando desde que nos enteramos de la putada que te ha gastado Marcelo -la abordó Denia, cogiéndola de la mano y arrastrándola hasta el semicírculo de cuero rojo que se abría frente a la barra.
-Ya te dije que era un cerdo. No quise chivártelo antes para que no la tomaras conmigo, pero se ha tirado a la mitad de las de segundo -le espetaba Raquel, muy cerca de su cara.
-¡Así reviente! -sentenció Julia, creyendo que el temblor que removía el cuerpo leve de Carla provenía de su reciente ruptura.
Las tres avispas mordían en la débil presa. La despojaron de su cazadora azul que colgaron en la percha junto a la bufanda. Sin la ropa de abrigo, la respiración alterada de Carla se hacía más evidente. Denia observó la extraña apariencia gelatinosa de su piel. Al tocar sus manos, le pareció que los dedos se le hundían en un lecho de cieno.
-No os vais a creer lo que me ha pasado... -pudo decir Carla entrecortadamente.
-Cuenta, tía. Ese pijo de mierda se va a enterar. No pienso dirigirle la palabra en toda mi vida. Los apuntes de Física se los va a dejar su puta madre... -paró Carla con un gesto la retahíla de exabruptos que salían sin medida de la boca de Julia.
-No, no tiene que ver con él. Es otra cosa.
-¿Qué cosa? Estás muy rara, Carla, no paras de temblar. Te voy a pedir un chupito para que entres en calor -se levantó Raquel ajustándose la horquilla que le sujetaba el flequillo alineado sobre las cejas. Pidió cuatro chupitos de licor de mora con vodka.
Cuando volvió, Denia intentaba poner orden en el desorden rubio de la cabeza de Carla. Vio sus ojos muy hundidos como perdidos en un lugar que no era el pub "Cráter". CONTINUARÁ.
Y el de MONTSE:
Marcelo y Lucía corrían todo lo que podían para llegar lo antes posible al edificio abandonado. Para ver si lograban encontrar a Carla. Cuando llegaron, solo gritaban el nombre de Carla, pero allí nadie respondía. De repente, empezaron a oír ruidos extraños por el edificio, pero no sabían de dónde venían.
Carla, después de haber llamado a Marcelo, había caído en un agujero en el que había quedado inconsciente y por eso no contestaba. Los dos amigos, al no encontrarla, decidieron separarse por el edificio y buscarla por lugares diferentes. CONTINUARÁ.
miércoles, 19 de octubre de 2011
Torrente maldito (tercera entrega)
La historia va tomando forma, tanto en un relato como en el otro. Vamos con la tercera parte, inventada por VIOLETA FERNÁNDEZ, también incluyo la mía. Que disfrutéis de la lectura. Adjunto los vídeos de un tema de "Radiohead", el grupo favorito de Carla.
No se oía ningún gemido y Carla, inmovilizada por el pánico, se sintió bañada por un viento grasiento que impregnaba su cuerpo. Se palpó el rostro. Las yemas de los dedos se pegaban a sus mejillas como si fueran de gelatina. La silueta del animal saltó de la mesa para arrastrase con dificultad hacia ella. Vio su lomo erizado, las protuberancias que surgían de su cabeza, las cuencas vacías de sus ojos... Aquello no era un perro, ni un gato, ni una rata. Un aullido terrible salió de su garganta. Recuperó la movilidad de sus piernas y corrió atropelladamente hacia la salida. Cayó de bruces en el pasillo. La gelatina de su piel quedó pegada por un momento al polvo de las baldosas. Giró la cabeza y comprobó cómo la bestia que la seguía ya no estaba allí. Salió con el resuello perdido del Edificio Central. No paró de correr hasta llegar al pub en el que solía quedar con Marcelo. Antes de entrar, hizo ademán de quitarse los auriculares pero se dio cuenta de que ya no estaban en sus orejas. Sin embargo, el "Bones" de los Radiohead seguía sonando en su cabeza. CONTINUARÁ
sábado, 15 de octubre de 2011
Las Sibilas
Solo las Sibilas conocen mi silencio,
viernes, 14 de octubre de 2011
Vanidad
la acompañaría hasta la cancela del cementerio
para invitarla a contemplar la nada.
Pero no, la vanidad pone sus huevos
en los rincones de la sangre,
junto a las vísceras humeantes de los cuerpos
desnudos.
Y se deja ver revoloteando en los vestíbulos de lujo
y deja caer sus deposiciones sobre las cabezas y los hombros
para teñir de mierda los cabellos y los trajes.
Si la vanidad anidara en las ramas de los cipreses,
no estaría amasando palabras
como si moldeara excrementos de ave.
"Torrente maldito" Segunda entrega
Ya tenemos aquí la nueva entrega de este relato de misterio, amor y terror. Por una parte, os adjunto en rojo sangre la continuación escrita por mí, y en azul tenebroso la continuación escrita por la alumna de 2º de Bachillerato Mª CARMEN QUINTANILLA. De esta forma conseguiremos dos relatos paralelos con el mismo comienzo. La siguiente en continuar el relato será VIOLETA FERNÁNDEZ y esperemos que la maldición no llegue hasta vosotros.
Sin saber de dónde sacaba la fuerza, Carla entró en aquel oscuro vestíbulo. Un golpe de viento cerró la puerta. Con el miedo metido en el cuerpo, decidió andar por un largo e interminable pasillo, recordando las sabias palabras de su abuela: "Nunca temas al miedo, ya que si lo temes, el miedo se apoderará de ti". De repente, una risa escalofriante se oyó por todo el edificio. Carla, aterrorizada, empezó a correr por el pasillo... CONTINUARÁ
martes, 11 de octubre de 2011
"El Gambitero" 2012. Próxima reunión y noticias frescas.
Según me han informado los organizadores del concurso "El País de los Estudiantes", muy pronto se abrirá la convocatoria de este año, así que, como dijimos en la primera reunión, nos pondremos a trabajar enseguida en todos los temas que esbozamos. El lunes que viene, 17 de octubre, a las cinco de la tarde volveremos a quedar donde siempre. Llevaos cámara de fotos y, si puede ser, un cuaderno viejo para apuntar los contenidos. Ya sois periodistas y hay que tener siempre a mano una cámara para captar las imágenes de nuestro entorno y un papel en blanco para comentarlas. ¡Ah! y arreglaos el pelo porque haremos las primeras fotos para las cajas de presentación de los redactores. Hasta el lunes. Mandadme un correo (aunque sea vacío) para que yo os mande las entrevistas que ya tenemos hechas del año pasado.
miércoles, 5 de octubre de 2011
"Literatura Universal": Saga vampírica "Torrente maldito" (episodio I)
Como os he dicho en clase, desde hoy comenzamos a publicar en este blog un relato inédito que os va a erizar hasta los vellos del bigote. Lo voy a dosificar en pequeñas entregas que irán apareciendo aquí. Una oscura maldición sepultó esta narración y espero que no ocurra nada lamentable durante su publicación que impida su lectura. Se titula "Torrente maldito" y podría encuadrarse en el género del terror de ultratumba. Prepárate para temblar... Ya sabéis que después de cada capítulo, uno de los alumnos del grupo de Literatura Universal me entregará la continuación que yo publicaré de forma paralela a la que yo escriba. De esta forma, relataremos dos historias con el mismo comienzo. La primera en continuar el relato será Mª CARMEN QUINTANILLA (elegida por sorteo no amañado). En cuanto me la dé, yo la publicaré con las correcciones pertinentes junto a mi segunda entrega. A ver si nos esmeramos y podemos encuadernar el cuento completo cuando todos hayamos participado para regalárselo a Josete.
Primera reunión de "El Gambitero", 2012
Como os dije esta mañana, todos los que estéis inscritos en el periódico debéis venir el lunes 10 de octubre a las cinco de la tarde a la puerta del instituto (la de 1º de Bachillerato) para asistir a la primera reunión. Traed un cuaderno, alguna cámara de fotos y muchas ganas de enredar porque este año, desde muy pronto, vamos a realizar muchas actividades. No olvidéis tampoco traer alguna propuesta para que la vayamos estudiando. Os espero.
viernes, 23 de septiembre de 2011
"El Gambitero" 2012
jueves, 11 de agosto de 2011
Análisis de "Criaturas del Piripao" (XIV y última)
Hemos comentado el proceso de idealización de la realidad que une a Suero y Don Quijote. Ambos fían su felicidad en la realidad externa a ellos. Craso error y poderosa lección vital para todos los lectores de cualquier época. La realidad, es decir, la sociedad, los demás no aportan al individuo lo que este requiere. La felicidad y la satisfacción personal brotan de dentro y ese estado de ánimo es el que permite relacionarse con lo real con ciertas garantías. Mencía encuentra su satisfacción en su trabajo, en su esfuerzo, en su lucha, en el amor verdaderamente sentido y recordado por Diego. Don Quijote por el camino opuesto a Mencía llega al escepticismo y muere en su cama. Suero Laínez llega a la locura y al abandono en la empedrada plaza mayor de Cuenca. La novela muestra un mundo del siglo XVII, pero la mirada del narrador es del siglo XXI, propia de una madurez desengañada, matizada siempre por un tono humorístico que nos invita a creer en nuestras fuerzas y a no tomar la vida demasiado en serio.
4- El curioso tema del ubi sunt.
Decimos curioso porque si el mundo era un infierno no debía haber lugar para la nostalgia. Pero resulta que el mundo no era un infierno para todos, los nobles lo gozaban y de ahí el tema medieval del ubi sunt. ¿Dónde están aquellos jóvenes y damas que disfrutaban de su juventud? ¿Dónde están sus risas y juegos? ¿Dónde sus amores? Esto recuerda Torralba como testigo plebeyo privilegiado dolida por la enfermedad de Doña Miranda: “¡Qué poco recordaba (EIL) la desnudez briosa y el ánimo tempestuoso de aquella Miranda a la mórbida estampa de ella misma desmayada en el lecho! Los días en que se solazaban en la vivienda de la corte…Las fiestas de toros… La satisfacción de ver a lo lejos el balcón real de nuestro tercer Felipe… Miranda no podía acabarse tan pronto, sólo contaba 29 años”.
5- Subjetivismo frente a objetividad.
La visión del mundo y la forma de vivir de Mencía la percibe el lector como natural, libre y moderna. Sin embargo, no tiene cabida en la sociedad del siglo XVII que la percibe como perversa y altamente peligrosa por herética, es decir, por estar fuera del dogma. En cambio, la aberración de Fray Berto: “Y penetró a la muerta con la furia desatada de un toro recién desencajonado” es autojustificada por el propio personaje, él es el poder y a todo tiene derecho. Así un suceso objetivamente aberrante lo transforma mediante su delirio en un ritual necesario: “Era un privilegio… participar en esta liturgia de altos vuelos. (EIL, que permite al menos la ironía del narrador desmontando el discurso del cura) A Berto le costaba cada vez más realizar los oficios que se requerían para que el alma de los caballeros y damas principales descansaran con el suficiente abono católico. No obstante, ningún sacrificio se hacía gravoso si el premio era salvar un alma noble de las miserias del infierno”.
Incluso dos meses después, el recuerdo del cura reescribe la historia a su sabor y lo deforma absolutamente todo, como sucede en Cien años de soledad con la masacre de los huelguistas. El poder elimina los hechos objetivos e históricos y los reescribe a su antojo. La literatura tiene la obligación moral de testimoniarlos, rectificando las lagunas deliberadas de la historia y de sus académicos (tema todavía tristemente de actualidad).
En Criaturas del Piripao el sarcasmo del narrador desmonta la ficción del párroco: “Berto recordaba las delicias de Doña Miranda: habían pasado dos meses desde que gozara del cuerpo más principal de la villa; la añoranza de aquella noche lo convertía en aventurero protagonista de romances de ciego, en personaje desmayado de historias pastoriles, en un Lanzarote de iglesia atravesado por la religión de amor”.
Nosotros sabemos lo que ocurrió con los huelguistas, también sabemos cómo el hermano Salvador de Los girasoles ciegos destruye a la familia de Elena, aunque él quiere creer que ha cumplido una misión divina y en su alucinación transforma un acto infame en algo noble. Lo mismo le sucede a Fray Berto, sublima la violación de una mujer muerta y enterrada en una aventura erótica que le lleva incluso a despreciar al mundo desde su pedestal de gran amante.
El episodio de la necrofilia que pudiera escandalizar al lector bienpensante –un autor de los siglos de oro nunca hubiese llegado a tanto- es, verdaderamente un acto insignificante, verosímil porque pudo haber ocurrido como ocurrieron y ocurren otras prácticas sexuales viciadas desde el clero a sus feligreses (sólo hay que tener presente los casos de pederastia, eso sí, reales y no novelescos), pero insisto es un acto objetivamente exento de peligro. Lo curioso es que el lector pudiera echarse con él las manos a la cabeza y, sin embargo aceptar como “normales” los autos de fe que desembocaban en la quema de personas reales, de carne y hueso, condenadas por delitos imaginarios extraídos mediante tortura. Estas ejecuciones masivas fueron hechos históricos perfectamente documentados, hechos objetivos indiscutibles a los que visiones subjetivas y parciales tratan de dar una interpretación muy alejada de lo real.
Hay que decirlo con claridad, el sentimiento religioso del ser humano es un sentimiento noble, íntimo y privado que responde a nuestra necesidad espiritual. De él nace la amistad, el amor, la fe en los demás, el recuerdo de nuestros seres queridos, el misterio de una realidad que no se reduce a lo tangible, incluso la creencia en Dios… esto se puede compartir o no, pero es respetable. En cambio, la instrumentalización con decidido cinismo y sin ningún escrúpulo que algunos ministros de las religiones monoteístas hacen de la religión es un hecho denunciable y esto, entre muchas otras obras literarias, lo lleva a término Criaturas del Piripao que muestra a la iglesia católica de los siglos de oro como salvaguarda de la arbitrariedad absoluta y raíz esencial del odio al diferente en aquella España.