Son más de tres años en este plan: salgo de casa para escapar de casa y de la escritura, me refugio en los bares (solo) y vuelvo al rincón donde habito (más solo). Antes, este panorama me tenía medio deprimido, asustado (he sido siempre un ser bastante social, para lo bueno y para lo peor). Lo curioso es que últimamente casi me recreo en esa mesa de uno. Porque lo que en un principio añoraba y me hacía suspirar: las parejas, los grupos, los rituales sociales, cada vez me resultan más ajenos. Donde antes solo veía desgracia, ahora es una oportunidad para no sufrir gritos de niños, discusiones absurdas y conversaciones inanes. Leí esta cita el otro día y aunque no me la aplico del todo (porque me queda ancha), me ha inspirado esta entrada: "Mi fuerza es la independencia; mi tributo la soledad".
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lunes, 8 de septiembre de 2025
Diarios, 7/09/25
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