miércoles, 27 de mayo de 2015

Más glorias olvidadas: Melendi.


Melendi no es un personaje desconocido, ni mucho menos, pero es posible que, en pocos años, este poeta inconmensurable sea olvidado por todos. Antes de que eso ocurra, traigo aquí un fragmento de una de sus canciones para alertar al mundo de la cultura y advertirle de que, escondido entre la música popular, se halla un genio de las letras que supera a cualquiera de estos poetastros que ganan premios y se esconden bajo su pedantería. Deleitémonos:

Qué difícil resulta el amor... compartiendo descansillo 
Qué difícil el amor, cuando su ropa interior, 
Seca con mis calzoncillos. 

Qué difícil el amor cuando no sabes 
Si ella sabe que tú existes 
Con la única esperanza 
De que un día mientras bajo la basura ella se fije. 

Qué difícil este amor, unido por la derrama 
Y que roza lo imposible cuando escucho el ruido horrible 
De los muelles de su cama. 

Qué difícil resulta el amor, que te convierte en espía 
Qué difícil es estar casi hasta desesperar 
Colgado de la vecina. 

Qué difícil resulta el amor, visto desde una ventana 
Qué difícil pedir sal, sin saber ni cocinar, 
Cinco veces por semana. 
Qué difícil, cuando llega el mes de agosto 
Y se va de vacaciones 
Detonándome una bomba de tristeza entre cabeza, 
Corazón y pantalones...

El fragmento no puede condensar más lirismo. Dentro de su aparente sencillez se encierran todos los misterios que angustian al hombre moderno: los picores genitales, los calzoncillos y las camas mal engrasadas. Pocos poetas desde Lope de Vega han conseguido plasmar con un estilo tan popular sentimientos tan profundos como los celos:"Y que roza lo imposible / cuando escucho el ruido horrible / 
de los muelles de su cama". También domina Melendi el paralelismo y la anáfora como nadie y nos convoca a una obsesión que se vuelve enfermiza: "Qué difícil.." Sí, qué difícil ser tan profundo con semejante sencillez. Un dominio tal de la metáfora no lo había sentido desde que leyera a Góngora: "Una bomba de tristeza entre cabeza / corazón y pantalones". ¿Qué nos quiere decir Melendi con ese verso en el que se reúnen las pasiones más terrenas con las espirituales?: "Corazones y pantalones". Lo que aparentemente son dos palabras vulgares se convierten en el léxico melendiano en dos estallidos de genialidad que deleitarían a cualquier espíritu con una mínima sensibilidad. Y el yo poético pide sal, baja la basura, tiende la ropa, escucha a los vecinos..., todo un alarde de sencillez que por antítesis conceptual nos traslada al último escalón de los poetas místicos: la unión espiritual con la divinidad a partir de una purga previa.Esto es poesía y lo demás es filfa. 
Cuando las modas hayan acabado con los sonsonetes no muy afortunados del elegido por las musas, quedará su poesía, pura y sin mácula, como la quería Juan Ramón.

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