De donde se extraen los recuerdos más negros,
del lugar de la memoria en el que medran los tumores más dañinos,
más ponzoñosos,
los que provocan la caries del pasado
y descubren en su crueldad la herida abierta de un recuerdo
de gangrena.
Del fondo de la cava en el que, mohosa,
se pudre nuestra vida,
invadida por una capa de orín
que nos atrofia,
y nos empuja a mirar hacia arriba:
hacia el pasado, para no ver sino la niebla del recuerdo;
hacia el futuro, para no adivinar sino un turbio olor a humedad y a fosa.
Desde aquí, desde esta gruta vana que vacían los días,
os hablo, perdido a las dos de la mañana,
en la poza más profunda y más agria.
Dejad que me ahogue la noche
hasta apagarme las palabras,
dejad que se hunda mi mirada
en la oscuridad más rotunda,
dejad que los labios se anuden
con puntadas de estraza, dejad...
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miércoles, 13 de junio de 2012
Poema de la media noche
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