Hace un tiempo, hablando con unos estudiantes de periodismo, les pregunté si en la carrera les enseñaban algo de Google Analytics y su respuesta fue que ni siquiera sabían qué era eso. No me sorprendió, aunque me pareció una lástima al tratarse de una herramienta sencillamente imprescindible para cualquier web. Es lo más parecido a levantar una piedra en el campo y contemplar fascinado todo ese pequeño ecosistema que hasta entonces había permanecido a salvo de miradas ajenas. Solo que esos bichitos que vemos corretear ahora a la intemperie son ustedes, con perdón. Así podemos ver cuántos son, de dónde vienen y qué les interesa. Analytics es el ojo de la cerradura a través del que espiamos a nuestros huéspedes… lo que proporciona cierto placer cotilla, no lo negaremos, pero a veces sus prácticas en la intimidad nos dejan estupefactos. Qué raros sois, humanos.
Aunque existan otros buscadores que también funcionan, como Linux, lo cierto es que Google es el más utilizado y gracias a él nos llegan miles de visitas diarias —al menos hasta que algún día al Gobierno en su infinita sabiduría le dé por cerrarlo— algunas mediante búsquedas tan desconcertantes que quisimos dejar constancia de ellas para la posteridad en este artículo. Pero Analytics se empeña cada día en mostrarnos nuevas pepitas de oro y oigan, es que así no hay manera. Y es que hay gente que considera este buscador un canal adecuado para, sin ir más lejos, entrar en contacto con alienígenas: «quiero comunicarme con extraterrestres yo manuel» y añade sus dos apellidos. A lo que Google con buen tino le mandó a nuestra página. Otros esperan encontrar «paginas ultrasecretas de videos porno de» (no pondremos el resto por decoro). A ver, alma de cántaro, ¿si son «ultrasecretas» esperas hallarlas con una simple búsqueda? También resulta frecuente añadir datos personales no se sabe muy bien con qué finalidad, como en «tengo 74 años y quiero ver peliculas eroticas completas de ornella muti desnuda» e incuso preguntar a Google información personal que al parecer uno mismo desconoce: «como saber si soy periodista». Menuda fiesta debió de pegarse el día anterior.
Raro es el día en el que alguien no hace una consulta comenzándola con un «busco» y concluyendo con un «por favor». Educación ante todo, como en «desearia ver mujeres jovenes desnudas follando, puede ser?», aunque por supuesto otros preguntan con peores maneras, «como coño jugar a los juegos del hambre con un mac?» o bien dan por supuesto que Google conoce personalmente a su familia: «vidente quien puede contestar ahora quien le esta haciendo brujeria a mi sobrino federico?». Las relaciones familiares y sentimentales son todo un mundo, una constante fuente de interés, aunque a veces ni siquiera se pregunta nada, solo se afirma: «me encanta meterle el dedo en el culo a mi marido» o «a mi mujer le gustan largas y gordas». Quizá esperan que Google les dé la enhorabuena. Otras ocasiones la preocupación por los seres queridos se nota más interesada, desde «como preparar una reconciliasion impactante y termine en un encuentro sexual fogoso», hasta «cm hacer q un hombre casado q te gusta q le an dicho q eres perra convencerlo q no es asi». O bien directamente hechicería: «si yo he hecho con una foto de una cuñada escribir y meter la foto conjelador me puede caer una maldicion». Y también hay quien busca excusas para justificarse: «si el niño pregunta quienes el culpable de aventura».
Las búsquedas vinculadas al sexo son un filón inagotable. Las hay escalofriantes: «como cortar el frenillo del pene con una tijera en la casa». Extrañas: «como ber el pene a mi chico cuando lo introduce a mi vagina». Satánicas, «las caras del demonio imaginadas en las vaginas» o piadosas: «puede ser bendecida una relacion por dios despues de haber caido en fornicacion». Pueden ser intelectuales «películas pornográficas que vale la pena ver en nombre del arte» o todo lo contrario: «por que ay buelles que tiene la vergota larga i no se les nota i llo que la tengo mas gorda no se ve». Algunas son un tanto paradójicas, «imagenes porno de la mujer invisible», pero nos ha picado la curiosidad, hemos continuado la búsqueda y aquí pueden verla, en una postura realmente desvergonzada. También Google puede servir de consultorio sobre salud sexual: «que pasa si el hombre termina echandote los germenes en la boca» o «cuando nos damos cuenta las mujeres que hemos tenido un orgasmo?» (si lo pregunta sospecho que entonces no lo ha tenido). No faltan los que se lo toman todo muy en serio: «tutorial para comer coño». Sí señor, muy profesional.
Es en general muy habitual que se busquen imágenes para que las coloreen los niños, bien de animales, objetos, escenas cotidianas… aunque una que sea de «personas teniendo sexo para colorear» es, cuanto menos, llamativa. La cantidad de parafilias que se descubren día a día es inabarcable, oceánica, leer algunas diría que hasta es dañino para la salud mental si no la tuviera averiada de antes. Pero por favor, no se escribe horgasmo, secsis, orjia, bajina y birjinidad. Las perversiones, aunque sea, que estén escritas correctamente. Pero no hay que caer en el desánimo, también hay quienes se interesan por la historia, «cuanto media la polla de un romano» (habría de todo, aunque suponemos que se llevaría la palma Pijus Magnificus) o por el bricolaje: «como hacer una cama de cemento con partes eroticas». Suele ser bastante habitual que la gente intente encontrar pareja simplemente buscando en Google: «mujeres que quieran ver mi pene», «seminaristas de la diocesis de getafe que buscan novia» o bien «quiero casarme con un arabe gay activo con mucho dinero». Por pedir… Pero no todo es vicio en la red, y una búsqueda que nos estamos encontrando todos los días desde comienzos de diciembre es, con variantes, la de «existen los reyes magos sí o no». ¿Acabará Google con el espíritu de la Navidad?
Además del sexo a la gente también le gusta el fútbol y pide un «hechizo palos numeros ganadores para hoy 17/11/2014 de la quiniela de hoy». Otros viven su afición con cierto tormento interior «tengo unos amigos del madrid que no paran de decir que el atleti es malo y cosas malas que hago» y sin salirnos del ámbito futbolístico pero volviendo de nuevo al porno: «cuantos centimetros tiene el pene de los futbolistas del barcelona».
La música es otro ámbito que nos trae muchas búsquedas, lo que nos ha permitido descubrir que existe demanda de «canciones tristes para perros», así como «rock para emos muy doloroso» e incluso vocaciones apáticas «me gustaria ser musico pero me aburro a la hora de hacer una cancion». Lo más común sin embargo es que se busquen nombres de grupos, cantantes o temas proporcionando alguna pista, que se supone que el buscador debe comprender, como «cancion que canta un negro en un idioma raro», «cancion en ingles de los ochenta de un grupo que el cantante tenia una voz muy sexi» o «cual es la cancion de los beatles que una parte dice a goru now evi no y she algo asi».
Otros también buscan consejos y sugerencias de todo tipo con las que se intenta hacer la vida algo más llevadera: «como pillar un colocon que me deja medio muerta», «como obtener algo deseado por medio de la energia cuantica» o «para ganar una discusión hay k pararse mirando al norte o sur». Y algunos quieren dejar directamente sus vidas en manos de lo que les diga Google: «quiero estudiar algo y no se que me pueden recomendar?» o bien «que sugerencias se le puede dar al actor mario casas? unas tres sugerencias por favor». Esta la ha hecho él mismo, si no no se entiende. No son pocas las ocasiones en que se solicita el correo de alguien: «necesito el correo de eduardo tarot el evidente», (llamándose así sospechamos que solo prevé obviedades). Y finalmente hay búsquedas directamente inclasificables: «película de papá cerdito que se rompa el teclado de la escuela de de la mamada cel y papá cerdito corre hasta el castillo más alto». ¿Cómo puede el buscador responder a tal cosa sin enloquecer? Al menos a veces se encuentra otras mucho más fáciles: «cual fue la primer persona en el planeta que le pusieron victor». Esta me la sé, fue Víctor.
En conclusión, está próximo el día en que Google tomará conciencia de sí mismo y tal vez no lance un ataque nuclear contra la humanidad, pero con las risas que se echará a nuestra costa y la manera en que nos sacará los colores… quizá acabe siendo peor. Qué paciencia tiene, de verdad.