viernes, 11 de noviembre de 2011

Torrente maldito (décima entrega)


En esta ocasión es ALICIA CABRERA la que continúa la historia de Carla. Atención a los distintos derroteros de uno y otro relato. Por cierto, la próxima en continuarlo será ROCÍO HERRAIZ, elegida en sorteo sin notario, con la ayuda de un bombo de bingo de mi abuela.
En primer lugar, cuelgo el mío:

Julia acompañó hasta su casa a Carla y de vuelta a la suya se topó con Marcelo. No tenía intención de dirigirle la palabra. Estaba furiosa con aquel “pijo” de mierda que le estaba arruinando la vida a su amiga, pero la llamó, cruzó la calle y tomándole el brazo le dijo que quería hablar con ella, con Raquel y con Denia esa misma tarde. Julia no fue capaz de soltarle a la cara todo aquello que pensaba decirle. Al contrario, aceptó la cita para la tarde y se comprometió a avisar a sus amigas. Pensó que entre las tres serían más capaces de enfrentarse con aquel tipo que en el trato personal deslumbraba a las chicas con su aspecto de actor americano y la labia de un locutor de televisión.

Sentadas en el semicírculo de cuero rojo de “El Cráter”, esperaban de uñas a Marcelo. Al verlo entrar, menguó la ira solidaria que sentían hacia él y, cuando se sentó frente a ellas, en un taburete cojo, ninguna de las tres pudo soltar ningún improperio, acalladas por el magnetismo de ese chico que acababa de acicalarse como si fuera a actuar en algún espectáculo...CONTINUARÁ

El relato de ALICIA:

De repente, en medio de aquella conversación se oyó un ruido. Era la puerta de la habitación que se abría lentamente. Una vez abierta de par en par, una gran luz intensa pasaba a la habitación, provocando a Carla un gran escozor y dolor de ojos. Allí pudo observar cómo dos hombres con bata blanca por encima de las rodillas, guantes y mascarilla entraban a la habitación .Ella no los reconocía pero eran los doctores que durante estos tres días le habían estado haciendo pruebas para saber qué era lo que le había pasado. En ese instante uno de ellos exclamó:

-¿Pero qué es esto? ¿Qué ha pasado?

En ese momento, Carla se acordó del ser de ojos azules, aquel que él mismo se hizo llamar vampiro. Y con una fuerza sobrenatural se dio la vuelta para ponerse delante y protegerlos de ellos, pero no fue necesario allí ya no había nadie. Seguidamente uno de aquellos hombres se agachó hacia el suelo, y en ese instante Carla pudo comprobar que una enfermera estaba tirada en el suelo. Mientras tanto, el otro le preguntó a Carla:

- ¿Cuándo has despertado? ¿Te encuentras bien? ¿Qué ha pasado aquí? ¿Por qué la enfermera se encuentra tirada en el suelo?

Eran muchas preguntas por parte del doctor, de las cuales Carla no tenía respuestas para responderle. Ahora mismo solo recordaba aquella conversación que había mantenido apenas hacia unos instantes con aquel ser, y de aquella fuerza sobrenatural que le había salido sin saber ¿cómo? ni ¿por qué? Para protegerlo [...] CONTINUARÁ.

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