Puedo escribir tantos poemas como este
que ni siquiera debes tomarte la molestia de leerlo,
mañana te ofreceré uno igual o parecido.
Tampoco te molestes en leerlo,
haré otro igual al día siguiente.
No leas nada mío, no vale la pena,
todo se repite sin sentido,
sin ningún asomo de pudor.
Si buscas que te halague o
retorcerte de placer o de belleza,
no leas estas palabras,
sal a la calle y busca un amante de carne (el hueso es lo de menos),
o mejor no, déjalo para mañana,
seguro que encuentras otro igual o parecido.
lunes, 30 de julio de 2012
sábado, 28 de julio de 2012
La muerte con sombrero
Siempre la muerte se presenta con sombrero,
siempre es necesaria la etiqueta en los cócteles,
beber gin tónic en conos invertidos
a pequeños sorbos
para no manchar con sangre
la orilla de los vidrios.
Siempre los epílogos son más solemnes que los prólogos,
por eso la comedia no se entiende,
porque no se muere;
solo los niños y los adolescentes
ríen enganchados a sus consolas
y a sus besos de tornillo.
Con capa y con sombrero se presenta la muerte,
con un aroma rancio de jofaina y de orinal
nos ofrece suspiros de almendra
y una máscara inapropiada de histrión.
siempre es necesaria la etiqueta en los cócteles,
beber gin tónic en conos invertidos
a pequeños sorbos
para no manchar con sangre
la orilla de los vidrios.
Siempre los epílogos son más solemnes que los prólogos,
por eso la comedia no se entiende,
porque no se muere;
solo los niños y los adolescentes
ríen enganchados a sus consolas
y a sus besos de tornillo.
Con capa y con sombrero se presenta la muerte,
con un aroma rancio de jofaina y de orinal
nos ofrece suspiros de almendra
y una máscara inapropiada de histrión.
jueves, 26 de julio de 2012
El idiota, la creación y el nihilismo
¿Quién nos araña constantemente la conciencia para que nos sintamos insatisfechos con lo que creamos? ¿Qué parásito desconocido se filtra entre los vanos de nuestra actividad creadora para que solo esta no nos sirva, para que el placer mayúsculo que otorga finalizar una narración o un poema, no sea suficiente? ¿Por qué necesitamos el aplauso de la gente, por qué no nos sirve únicamente ese gozo máximo que se extrae del proceso creativo? ¿Qué bacteria nos infecta y nos malforma esa sensación y la convierte en insatisfactoria hasta que no conseguimos los beneplácitos (a menudo falsos) del público?
Y después de conseguidos algunos aplausos sinceros, la infección no se detiene, se extiende y nos exige que nuestra obra entre en el mercado comercial y sea vendida y leída masivamente (no, no yo no quiero eso, me digo a menudo; pero me miento, mi aspiración sería vender millones de ejemplares). Hay que ser muy simple, supongo, para ser contagiado de este mal, para rendirse una y otra vez a vanidades tan pueriles, tan adolescentes. Esta creo que es una de las claves de los grandes autores, de los genios, que saben administrarse un antídoto de sensatez ante la amenaza de la vana idiotez de la gloria (bueno, mejor no "meneallo", como dijo Don Quijote a Sancho cuando el escudero se acababa de cagar de miedo literalmente a los pies de Rocinante).
Si analizo, no necesito nada, me siento tan colmado cuando acabo las cuatro páginas diarias de una novela, o el último verso de un poema, que me pondría a dar saltos de contento y saldría a celebrarlo como si de un acontecimiento extraordinario se tratara (a veces lo hago). ¿Por qué luego aparece esta mala garrapata y se adhiere a mi obra y la empuja a que se conozca, a que se lea, a que se venda, y muerde mi simpleza y le extrae la poca sangre que le queda de humildad, de sencillez? Seguramente es el peaje de un gozo máximo, todos los placeres pagan un precio por ser conseguidos en este desmadejado mundo: la gula, la lujuria, la pereza...; pero no creo que debamos abandonar su persecución. Es cierto que la vanidad, la obesidad, la sífilis, la atrofia nos pueden hacer reventar de miseria, pero hay que buscar antídotos contra ellas.
¿Me ha transformado el hecho de intentar hacer público todo lo que escribo? Sí, sin duda, me ha hecho más idiota. ¿Se ha transformado mi forma de escribir al tener el objetivo de hacerlo público? Sí, ahora escribo mucho más y mejor. Por consiguiente, ¿hay que ser más idiota para ser buen escritor? Mejor no "meneallo".
Sí, me administro un antídoto para esta idiotez nacida de la vanidad, pero como todos los antídotos se trata de un veneno que hay que dosificar para no envenenar al paciente. Me inyecto nihilismo en vena de vez en vez: exprimo la vida y le intento sacar el jugo y veo que solo caen gotas de nada y muerte, entonces, me recupero, pero mejor no "meneallo" demasiado.
Y después de conseguidos algunos aplausos sinceros, la infección no se detiene, se extiende y nos exige que nuestra obra entre en el mercado comercial y sea vendida y leída masivamente (no, no yo no quiero eso, me digo a menudo; pero me miento, mi aspiración sería vender millones de ejemplares). Hay que ser muy simple, supongo, para ser contagiado de este mal, para rendirse una y otra vez a vanidades tan pueriles, tan adolescentes. Esta creo que es una de las claves de los grandes autores, de los genios, que saben administrarse un antídoto de sensatez ante la amenaza de la vana idiotez de la gloria (bueno, mejor no "meneallo", como dijo Don Quijote a Sancho cuando el escudero se acababa de cagar de miedo literalmente a los pies de Rocinante).
Si analizo, no necesito nada, me siento tan colmado cuando acabo las cuatro páginas diarias de una novela, o el último verso de un poema, que me pondría a dar saltos de contento y saldría a celebrarlo como si de un acontecimiento extraordinario se tratara (a veces lo hago). ¿Por qué luego aparece esta mala garrapata y se adhiere a mi obra y la empuja a que se conozca, a que se lea, a que se venda, y muerde mi simpleza y le extrae la poca sangre que le queda de humildad, de sencillez? Seguramente es el peaje de un gozo máximo, todos los placeres pagan un precio por ser conseguidos en este desmadejado mundo: la gula, la lujuria, la pereza...; pero no creo que debamos abandonar su persecución. Es cierto que la vanidad, la obesidad, la sífilis, la atrofia nos pueden hacer reventar de miseria, pero hay que buscar antídotos contra ellas.
¿Me ha transformado el hecho de intentar hacer público todo lo que escribo? Sí, sin duda, me ha hecho más idiota. ¿Se ha transformado mi forma de escribir al tener el objetivo de hacerlo público? Sí, ahora escribo mucho más y mejor. Por consiguiente, ¿hay que ser más idiota para ser buen escritor? Mejor no "meneallo".
Sí, me administro un antídoto para esta idiotez nacida de la vanidad, pero como todos los antídotos se trata de un veneno que hay que dosificar para no envenenar al paciente. Me inyecto nihilismo en vena de vez en vez: exprimo la vida y le intento sacar el jugo y veo que solo caen gotas de nada y muerte, entonces, me recupero, pero mejor no "meneallo" demasiado.
domingo, 22 de julio de 2012
Réquiem por la radio de calidad
Soy hijo cultural de la Radio 3 de los 80. Ellos me enseñaron a cambiar mi mundo, a retorcer la perspectiva de lo cotidiano y a encender la llama con que prender la convencionalidad. Aquellos programas: "Caravana de hormigas", "Tiempos Modernos", "El Gallo que no cesa", "Rosa de sanatorio", "Tris, tras, tres", "Arroz tres delicias"..., los sermones de Agustín García Calvo, y muchos más, de los que ya no recuerdo sus nombres, fueron mi universidad, mi punto de partida para reflexionar sobre el mundo y ver que uno no tiene por qué ser lo que le exige la sociedad que le rodea. El día que anunciaron el aniquilamiento de aquella Radio 3, para cambiarla por una radio fórmula, se acabó para mí este medio. Fue tanta la rabia que acumulé contra el poder (entonces el PSOE, molesto por tanta libertad), que dejé de escuchar la radio durante bastante tiempo. No quería saber nada de ese medio, lo habían "fumigado" como dijo Elvira Lindo y no quería contaminarme con el insecticida.
Hace unos años, Pepa Fernández y Toni Garrido me hicieron recuperar el interés por la radio. Sus programas me recordaban a aquellos de los 80, con guión elaborado, trabajados, originales, al margen de lo que otros hacen a la misma hora. Pues bien, hace unas mañanas me desayuné con una sensación parecida a la narrada. En esta ocasión han sido los otros, el PP, da igual, el poder no respeta nada, todo lo contrario, odia al inteligente, al que hace bien su trabajo, al que remueve conciencias, al que reflexiona, al que se somete a la duda, al que busca el espíritu crítico. Hace tiempo que la televisión no me ofrece nada, ni siquiera entretenimiento, alguna serie aislada ("Mad Men", The Wire...), alguna película, poco reseñable. Es una pena, dos medios tan aprovechables y ahogados por los poderes fácticos y económicos, porque ni Toni Garrido ni Pepa Fernández van a lograr fácil acomodo en las radios o televisiones privadas (demasiado diferentes). Gracias amigos, por vuestra incompetencia, por arrebatar lo poco que quedaba de inteligencia en la radio, por ser tan miserables.
Hace unos años, Pepa Fernández y Toni Garrido me hicieron recuperar el interés por la radio. Sus programas me recordaban a aquellos de los 80, con guión elaborado, trabajados, originales, al margen de lo que otros hacen a la misma hora. Pues bien, hace unas mañanas me desayuné con una sensación parecida a la narrada. En esta ocasión han sido los otros, el PP, da igual, el poder no respeta nada, todo lo contrario, odia al inteligente, al que hace bien su trabajo, al que remueve conciencias, al que reflexiona, al que se somete a la duda, al que busca el espíritu crítico. Hace tiempo que la televisión no me ofrece nada, ni siquiera entretenimiento, alguna serie aislada ("Mad Men", The Wire...), alguna película, poco reseñable. Es una pena, dos medios tan aprovechables y ahogados por los poderes fácticos y económicos, porque ni Toni Garrido ni Pepa Fernández van a lograr fácil acomodo en las radios o televisiones privadas (demasiado diferentes). Gracias amigos, por vuestra incompetencia, por arrebatar lo poco que quedaba de inteligencia en la radio, por ser tan miserables.
sábado, 21 de julio de 2012
Auto sacramental
Cuando se alzan las brumas de la creación,
se dibuja en el horizonte
un perfil deforme entre las montañas:
la imagen voraz de la vanidad
asola al sensual rumor de los ríos,
arrasa a la brisa desnuda de los pinos,
desluce el placer visual del paisaje.
Toda la naturaleza se rinde a su aliento desalmado:
abraza los minutos de sosiego
y los ahoga;
engulle las caricias cotidianas
y las escupe con aspereza;
incluso se atreve con el amor,
lo aplasta con su poderoso puño de cieno
y lo hunde en la inconsistencia de lo inútil.
Hasta a la poesía le pone una mordaza de tópicos,
un torpe manoseo que la lleva
hasta la pérdida del ritmo
y el fétido manoseo de alegorías
tan usadas como la del horizonte, la niebla y las montañas.
se dibuja en el horizonte
un perfil deforme entre las montañas:
la imagen voraz de la vanidad
asola al sensual rumor de los ríos,
arrasa a la brisa desnuda de los pinos,
desluce el placer visual del paisaje.
Toda la naturaleza se rinde a su aliento desalmado:
abraza los minutos de sosiego
y los ahoga;
engulle las caricias cotidianas
y las escupe con aspereza;
incluso se atreve con el amor,
lo aplasta con su poderoso puño de cieno
y lo hunde en la inconsistencia de lo inútil.
Hasta a la poesía le pone una mordaza de tópicos,
un torpe manoseo que la lleva
hasta la pérdida del ritmo
y el fétido manoseo de alegorías
tan usadas como la del horizonte, la niebla y las montañas.
jueves, 19 de julio de 2012
Clooney también recomienda "Bilis"
Él no se lo va a perder y lo tiene en el regazo dispuesto para devorarlo. ¿No os apetece hacer lo mismo, aunque solo sea por empatía? Además, os ofrece la sinopsis de la novela:
"Las ratas devoran a sus
congéneres más débiles en caso de necesidad, son desconfiadas, destructivas y
voraces. Los socios de Sucesores de Casto Garcés gozaban del instinto de las
ratas más enconadas, las de cualquier posguerra. Marcelo Atienza lo pudo comprobar
cuando entró en el almacén a los 11 años, tras el encarcelamiento de su padre.
El comercio rural de la España franquista lo vistió y le dio de comer, pero
también le molió las espaldas. Años después, Marcelo recibirá a los espectros
del pasado que removerán la digestión de su memoria y le provocarán el
desasosiego de haberlo perdido todo, hasta el recuerdo. Un recorrido intenso
por la economía autárquica de los abastos de posguerra y por los subterráneos
de una sociedad envenenada. Todo ello narrado desde el humor negro, la ironía y
la intriga".
miércoles, 18 de julio de 2012
Se besaron (segunda parte)
El poema es una segunda parte del primero con el mismo título: hay que leerlo como una continuación de su historia de amor.
Se besaron de nuevo
sin testigos,
en el silencio de los huesos,
y el beso les supo a una paseo de niebla
teñido de abrigos y sombreros.
Se besaron sin labios,
sin recuerdos,
sin la suave caricia de la carne,
sin la saliva de los inviernos,
sin la piel de los estíos,
sin los nervios del tiempo.
Se besaron las quijadas
y extrañaron los espejos,
el sabor de las lenguas
y el tacto de los dedos.
Se besaron sin mirarse,
con la lluvia del recuerdo
filtrándose por el tapiz
bruñido de sus huesos.
Se besaron, miradlos,
sin saber que ya están muertos.
Se besaron de nuevo
sin testigos,
en el silencio de los huesos,
y el beso les supo a una paseo de niebla
teñido de abrigos y sombreros.
Se besaron sin labios,
sin recuerdos,
sin la suave caricia de la carne,
sin la saliva de los inviernos,
sin la piel de los estíos,
sin los nervios del tiempo.
Se besaron las quijadas
y extrañaron los espejos,
el sabor de las lenguas
y el tacto de los dedos.
Se besaron sin mirarse,
con la lluvia del recuerdo
filtrándose por el tapiz
bruñido de sus huesos.
Se besaron, miradlos,
sin saber que ya están muertos.
martes, 17 de julio de 2012
Fábula del senador ascético
Asomose el senador
a un callejón sin salida:
moscas, podredumbre y ratas
avivaron su sonrisa.
Se adentró en la floresta:
los desperdicios sorbía,
los hedores aspiraba,
las pasiones se encendían.
Y excitose y tocose.
Nunca, jamás en su vida,
hubiérase imaginado
con tamañas regalías.
Desde los balcones muertos,
cubos de miseria tiran
sobre su cabeza cana
y lo cubren de ambrosía
los aromas de fregona,
los restos de la comida.
Y excitose y tocose.
Bebió de las alcancías,
durmió con gatos hinchados,
libó basura podrida,
todo un edén pareciole,
un fuego interno le ardía,
en éxtasis entregose,
a la gratitud divina.
Y excitose y tocose.
Cuando entró, furiosa impía,
la mujer de la limpieza
(adalid de la pudicia,
y experta del amoniaco),
se desmadejó su ira,
rompió con la diplomacia
y abordó a su enemiga,
se arrojó sobre su cuello,
le hizo beber su lejía,
para abrasar sus deseos
de arrasar la porquería.
Y excitose y tocose.
a un callejón sin salida:
moscas, podredumbre y ratas
avivaron su sonrisa.
Se adentró en la floresta:
los desperdicios sorbía,
los hedores aspiraba,
las pasiones se encendían.
Y excitose y tocose.
Nunca, jamás en su vida,
hubiérase imaginado
con tamañas regalías.
Desde los balcones muertos,
cubos de miseria tiran
sobre su cabeza cana
y lo cubren de ambrosía
los aromas de fregona,
los restos de la comida.
Y excitose y tocose.
Bebió de las alcancías,
durmió con gatos hinchados,
libó basura podrida,
todo un edén pareciole,
un fuego interno le ardía,
en éxtasis entregose,
a la gratitud divina.
Y excitose y tocose.
Cuando entró, furiosa impía,
la mujer de la limpieza
(adalid de la pudicia,
y experta del amoniaco),
se desmadejó su ira,
rompió con la diplomacia
y abordó a su enemiga,
se arrojó sobre su cuello,
le hizo beber su lejía,
para abrasar sus deseos
de arrasar la porquería.
Y excitose y tocose.
domingo, 15 de julio de 2012
Presentación de "Bilis"
Hoy es el último día de la Feria del Libro de Utiel y ya no quedan ejemplares de "Bilis" en ninguna de las librerías. A la presentación asistió muchísima gente (gracias a todos por aguantarnos), si a esto le unimos que un lector de la novela me ha comparado la trama de la segunda parte con Ruiz Zafón y otros, la primera con Galdós, no sé ya qué pensar. Me estoy volviendo, sin pretenderlo, comercial. Pero las influencias subterráneas no las maneja uno como quisiera.
Entrevista en Onda San Clemente
Entrevista realizada en Onda San Clemente sobre mi nueva novela, "Bilis", y sobre mi poesía. https://dl-web.dropbox.com/get/Public/PEPE%20HORTELANO%20BILIS%2029-6-2012.mp3?w=f1aa38fa
Juegos de cartas
Se entregó a los juegos de cartas
con la certeza del abandono
y el placer de las acciones sin trascendencia.
Salió de su mundo de gravedad
y se abandonó en las delicias de la apuesta.
Lanzó un farol contra sí mismo
y se encontró con un tahúr sonriente
que no se creyó su desmayo.
Le devolvió el envite y le ganó sin piedad
las cuatro monedas de frivolidad que le quedaban.
con la certeza del abandono
y el placer de las acciones sin trascendencia.
Salió de su mundo de gravedad
y se abandonó en las delicias de la apuesta.
Lanzó un farol contra sí mismo
y se encontró con un tahúr sonriente
que no se creyó su desmayo.
Le devolvió el envite y le ganó sin piedad
las cuatro monedas de frivolidad que le quedaban.
miércoles, 11 de julio de 2012
El silencio que alimenta
Este sosiego limpio que me mece,
esta oscuridad de higueras sin ruido,
este claustro de hiedra detenido,
esta noche de julio que me ofrece
con sus salamandras de piedra blanca
una herida de cielo sin cadenas.
Esta noche, este claustro, estas almenas,
esta sombra tenue que me arranca
la agresiva lanza de la vida,
el martirio incansable del arado,
el yugo, los ronzales y la brida.
Este dulzor de almagre y de pasado,
este hondo corredor que me lapida
entre hilos de silencio bien labrado
esta oscuridad de higueras sin ruido,
este claustro de hiedra detenido,
esta noche de julio que me ofrece
con sus salamandras de piedra blanca
una herida de cielo sin cadenas.
Esta noche, este claustro, estas almenas,
esta sombra tenue que me arranca
la agresiva lanza de la vida,
el martirio incansable del arado,
el yugo, los ronzales y la brida.
Este dulzor de almagre y de pasado,
este hondo corredor que me lapida
entre hilos de silencio bien labrado
sábado, 7 de julio de 2012
Se besaron
Se besaron hasta acabarse las lenguas,
hasta fundir las miradas de los transeúntes,
hasta destrozar el pasado de la ciudad y abrasarla de color.
Se besaron eternamente,
después de que los gusanos les hurtaran las salivas,
después de que la tierra les minara las bocas.
Se besaron en la acera de la muerte,
donde se resbalan los zapatos de charol
de los paseantes sin voz,
donde se resiste el amor al leviatán
del tiempo
y eleva la imagen varada un helor de amor
tan viva como el reflejo de un estanque helado.
Se besaron
y se amaron
posiblemente
en una habitación
oscura
bajo la llama de una bombilla oscilante
que seguramente yace en el fondo de una montaña de escombro,
entre un abrigo largo y una maleta desvencijada..
hasta fundir las miradas de los transeúntes,
hasta destrozar el pasado de la ciudad y abrasarla de color.
Se besaron eternamente,
después de que los gusanos les hurtaran las salivas,
después de que la tierra les minara las bocas.
Se besaron en la acera de la muerte,
donde se resbalan los zapatos de charol
de los paseantes sin voz,
donde se resiste el amor al leviatán
del tiempo
y eleva la imagen varada un helor de amor
tan viva como el reflejo de un estanque helado.
Se besaron
y se amaron
posiblemente
en una habitación
oscura
bajo la llama de una bombilla oscilante
que seguramente yace en el fondo de una montaña de escombro,
entre un abrigo largo y una maleta desvencijada..
miércoles, 4 de julio de 2012
Presentación de "Bilis"
El dinero puede causar caries e impotencia
Por fin una asociación de ciudadanos experta en venenos y lacras sociales ha reflexionado sobre las materias realmente nocivas que amenazan al individuo. Se ha puesto manos a la obra y ha retirado las pegatinas agresivas de los paquetes de tabaco y las ha colocado donde corresponde. Solo falta convencer a los gobiernos para que el plan se generalice, a riesgo de no vender más periódicos.