Una cuestión que me ha surgido cuando estaba viendo una serie: ¿Por qué antes de que existieran las redes sociales y las plataformas de series y películas no se escribían novelas, poemarios y obras de teatro a cascoporro. No sé, a mí solo me quedan dos horas al día para escribir, entre mierdas de Facebook, Netflix, Filmin y otras gilipolleces. Si yo no tuviera la necesidad de ver series y películas sin parar, de comentar las últimas imbecilidades en Facebook y de compartir alguna foto idiota en Instagram, tendría tanto tiempo para escribir que mis novelas tendrían mil quinientas páginas y no doscientas. Si tuviera el genio de Cervantes o de Shakespeare, no habría escrito un Quijote y algunas obras de teatro, no, habría llenado el mundo de manuscritos y los escenarios y las linotipias no habrían dado a basto. El único que me cuadra en esta composición de lugar es Lope, ese sí. Es el único que aprovechó el tiempo a conciencia, yo no sé si el resto, desde él hasta el siglo XXI, no se han tocado los cojones a dos manos y nos han dado por casualidad alguna obrilla que les ha salido en un momento de pereza. Seguro que sí.
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