Hoy, en clase de 3º de ESO, hablábamos del amor platónico y del amor cortés cuando, de repente, un chorro de agua a presión se ha colado a través de las ventanas. Un camión de riego se esmeraba tanto en su afán por limpiar el barro de las calles que ha interrumpido el dilema entre el "crush" y el neoplatonismo. He salido para que no nos siguieran mojando y me he encontrado con el camión de frente: en cada una de las puertas, la imagen de una mujer medio desnuda y un lema en el faldón, "La mákina del amor". Los astros se han conjuntado: Dante, Petrarca y el hombre de la manguera unidos por los tópicos eróticos a través de "océanos de tiempo", como decía Drácula.
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