Atención al bombardeo mediático de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha sobre la inversión en reparaciones y nuevos centros educativos. Es una operación de encubrimiento y lavado de cara porque están llegando a los institutos las ratios con las que se van a elaborar los cupos de profesores para el curso que viene y se quieren ocultar bajo el tufo publicitario. Treinta alumnos en secundaria y treinta y cinco en bachillerato, esa es la propuesta de la Administración. Se remiten a las ratios impuestas por la señora Cospedal. No, en todos estos años, no se les ha ocurrido cambiar la carga con que esta mujer nos aplastó durante su mandato. Ni siquiera el riesgo todavía permanente de la pandemia los ha arredrado para imponer este hacinamiento del alumnado. Lo he repetido en innumerables ocasiones, pero no me canso. Trabajar con treinta alumnos en 1º, 2º y 3º de ESO es tremendamente difícil, aboca al fracaso académico a muchos de ellos y a nosotros a la desesperación. Una y otra vez se nos muestra que no hay ningún interés en mejorar el sistema educativo y se desprecian con toda la insolencia del mundo las recomendaciones y peticiones básicas del profesorado. Nos arrojan, de nuevo, a los pies de los caballos (valga el tópico para ilustrar con mayor virulencia la situación), a los cascos de una educación con mascarillas, masificada e indecente.
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