Dos noticias convergen hoy en las páginas del diario El País (y seguro que en todos los demás). El nuevo posado de Kilye Jenner y la elección del papa León XIV. No sé en cuál de las dos cabeceras pinchar primero, la verdad, porque tanto una como otra me parecen de rabiosa actualidad e igualmente sustanciosas. Desde que en la película Roma, Fellini mostrara un desfile de moda vaticana, nunca he podido quitarme de la cabeza esa simbiosis entre el mundo de la moda y el de la corte papal. Ahora, estas dos cabeceras de la actualidad me lo confirman. Al ver las fotos que acompañan a uno (Robert) y a otra (Kilye) no sabría decir cuál me parece más atrayente, más sensual, si el vestido negro pegado al cuerpo, escotado, de León; o la casulla colorada con incrustaciones de oro, complementada por tocado sencillo e informal, de Kilye. El mundo del oropel es así, envolvente, glamuroso, provocador… desconcertante, pecaminoso.
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