Intentad cantar esta letra con la boca anestesiada, como si acabarais de salir del dentista: "Marbella, mundo de los narcos; / Marbella, la droga viene en barcos..." Yo lo vengo haciendo todas las mañanas desde que empecé a ver series ambientadas en la Costa del Sol. Me he rapado los parietales y he ido a una tienda de saldos para vestir desde ahora mismo con camisetas ceñidas y floreadas. El problema es que aún no he desarrollado la musculatura adecuada, pero todo se andará, me he comprado unas mancuernas. También he preguntado dónde puedo conseguir polvo blanco y cadenas de oro que se ajusten al cuello. Me ha resultado más fácil lo del polvo blanco. Este finde me voy a la costa y con un poco de suerte dejo esto de la educación y, con nuevo look, me meto en alguna de las fiestas que aparecen en las series y busco empleo como trapicheador. No sé si mi edad será impedimento, espero que no. Quiero conducir un Ferrari Testarosa y andar columpiando las caderas como si tuviera una pierna más larga que otra, quiero ser un capo de la mafia o por lo menos un sicario con pistolas de oro y tatuajes por todo el cuerpo. No pienso matar a nadie, la última vez que cogí una escopeta fue en un puesto de la feria y disparaba tapones. Lo importante es la pose, aparentar y lucir chandal de popelina. Es la ilusión de mi vida, ¡ojalá se cumpla, por Quevedo!
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