Apuntad este nombre: “Johannes Enders Quarttet”. Sí, apuntadlo porque es un grupo de jazz que hoy me ha compensado las salchichas de vinilo, el sol hiriente, el sudor constante bajando por la rabadilla del culo, los viajes en metro con mascarilla, el granito y el plomo de los museos, la impotencia castradora de no saber alemán, la penosa restauración… Sí, Johannes Enders y su banda, sobre todo su pianista, han conseguido mitigar el mal de altura de los viajes al extranjero. ¿Qué has hecho en Berlín?, sobre todo viajar en el transporte público: metro, tranvía, tren ligero, autobús y burra porque no hemos encontrado. ¿Habrás hecho algo más? Bueno, sí, he sudado más que en el Caribe, más que nada porque cuando llegamos a un bar, en la terraza no termina de hacer fresco y dentro no hay aire acondicionado. No hay opción. De veras, ¿eso es lo que has hecho en Berlín? No, no, qué dices, Berlín es una ciudad alternativa, moderna, crisol de culturas, explosiva, divertidísima, distinta (todo esto es lo que voy a decir cuando llegue). Ahora mismo solo veo carriles bici, gente abúlica y los mismos turistas que en Jávea (estoy convencido de que son literalmente los mismos).
Berlín me ha pillado mayor y con el pie cambiado. Esta ciudad es para beber cerveza a morro en el metro, para ligar con arias de pelo azul y para hablar de anarquía y vestir camisetas negras con agujeros en los pezones. También para viajar en rulote plateada o en patinete o en la barra de una negra sin papeles.
Mientras añoro mi juventud, voy a comerme medio pato frito, que es como un pollo de la feria solo que con patatas hervidas y remolacha. ¡Ah!, y no os perdáis el chucrut. Placer de dioses. Todo lo compensa Johannes Enders.
Vamos, todo un éxito Berlín…🤦🏻♀️
ResponderEliminarBerlín sí es un éxito, yo no.
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