Marlon Brando llevaba un pañuelo al cuello en la película El rostro impenetrable que cayó en manos de Chiquito de la Calzada. Uno de los aficionados japoneses al cante flamenco más ricos del mundo asistió a una actuación de Chiquito en Tokyo antes que este fuera humorista famoso. Tanto se emocionó con los jipíos del cantaor que Haruki (así se llamaba el millonario japonés) le regaló el pañuelo de Marlon Brando. Se lo entregó con la cabeza gacha en señal de absoluta admiración: "Esto es lo que más aprecio de la cultura occidental. Tú lo debes tener porque nadie me ha emocionado más con una canción". Chiquito no sabía qué hacer con el pañuelo de Marlon Brando. Se lo puso en una de sus películas "Aquí llega Condemor, pecador de la pradera", calificada con estrella y media por Filmaffinity, donde actuaba junto a Bigote Arrocet. Arrocet se salvó de una estampida de caballos en esa misma película y atribuyó su suerte al pañuelo que ese mismo día le había dejado su amigo Chiquito. Sabedora del poder mirífico del pañuelo, Leticia Sabater le robó el amuleto a Bigote, quien le había dicho a Chiquito haberlo perdido en el hospital. La suerte no tardó en visitar la casa de Leticia. Pronto le llegó el contrato de azafata de la Vuelta y el salto a la fama. Su éxito con la "Salchipapa" avisaba de que todavía obraba en su poder el pañuelo de Brando en 2016. Aún en 2019, su canción, "18 centímetros, papi", es indicio seguro de que no había perdido su talismán. El pañuelo de Marlon Brando se vio por última vez en el coche de Pedro Sánchez, al poco de empezar su gira para convencer a los afiliados del PSOE de que era el candidato ideal para presidir el partido. Si lo tiene él todavía o si lo perdió a manos de Trump en una famosa timba que organizó Putin a finales del 2019, nadie lo sabe. Muchos son los buscadores de tesoros que andan tras él, muchos los ufólogos, pediatras y cantantes de ópera que suspiran por poseerlo y más numerosos aún los periodistas de televisión que rezan por encontrarlo. Según se dice en algunos mentideros, es una fuente inagotable de historias que luego serán galardonadas en los Premios Primavera, Planeta y Nadal. Otros aseguran que es Bertín Osborne quien lo tiene, por qué si no iban a darle a este señor un programa en televisión. Aunque es un argumento muy endeble, si miramos con detalle la parrilla televisiva de nuestras cadenas.
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