miércoles, 4 de noviembre de 2015
De San Clemente a las playas de Barcelona III: Cavas, vinos y modernismo.
Entre los viñedos próximos a San Sadurní de Noya, despiertan artísticas masías que esconden lo más auténtico de la cultura popular catalana. En una de ellas, disfrutamos del modernismo bucólico: el interior de las estancias habilitadas como restaurante ofrecen al visitante una muestra de buen gusto, sencillez, modernidad y sosiego. La comida no desmerece el decorado de interiores y aún menos la calidad de sus vinos. Un doble barcelonés de Álvaro Vitali nos deleita con "seny" y chistes de los 70. El otoño nos espera con el dorado de las vides y la humedad de la tierra. En otra de las masías camuflada entre lomas y parras, un "celler" sencillo y transparente nos deleita con una clase magistral sobre la elaboración del cava. Su castellano asciende con pausa, se detiene, se preocupa por nuestra atención, nos regala los oídos con una calma extraída del degüelle del brut. El producto de sus cepas y de su dedicación acaricia el paladar sin agresividad, con la frescura seca del cava bien labrado.Una tarde en el centro de Cataluña, en la vena más atractiva de su sangre, saboreando el agradable espíritu de los payeses, de las cremas de calabaza, de sus vinos. Una tarde en la corriente sanguínea del espíritu popular, que sabe tan antiguo y amable como el tinto manchego o el bobal de Utiel.
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