domingo, 12 de julio de 2015

FOTOS CON HISTORIA: "Joana y la pasión" (Foto de Cristina García Rodero)


Joana es una hembra de armas tomar. Ahí donde la veis, toda de negro y sin una libra de carne a la vista, es la más fogosa del pueblo. Macho que pilla, macho que desgracia. No tiene colmo esta mujer. Muchos han huido de aquí y otros han cruzado la acera, no quieren cuentas ya con el sexo femenino. Joana es como las mantis religiosas, solo que ella deja con vida a sus amantes. Los exprime de tal manera que no deja virilidad para ninguna otra mujer. Una vez que caes entre sus brazos, nada te puede salvar. Tiene un poder de atracción devastador, absorbe tu sexualidad como los mosquitos la sangre. Su indumentaria no aparenta lo que esconde debajo, por eso lo deja todo al misterio. No hay mente humana que pueda imaginar lo que hay tras su bata negra y sus medias de lana.
Hoy estábamos echando la partida y la hemos visto venir hacia la taberna. Por suerte, tiene un punto débil: un problema de vista que le impide ver en las alturas. En cuanto aparece, nos subimos todos a este banco, nos cubrimos con la boina (si podemos) y esperamos a que pase la tormenta. Los que aquí estamos somos los únicos que ella no se ha pasado por la piedra y vivimos un calvario. No queremos transformarnos como el Ángel ni como el Daniel, que ahora se llaman Petra y Leocadia. Si alguien puede echarnos una mano, si alguien conoce una solución para este tipo de amenazas, que llame al ministerio de Medio Ambiente o a los GEOS o a Change o a Avaaz. Un pueblo entero va a desaparecer, ¿os vais a quedar de brazos cruzados?    

5 comentarios:

  1. RELATO DE ELISABET CHECA (2º DE BACHILLERATO C):
    Joana, la viuda más cristiana, pecadora y vieja compulsiva, que debajo de rezos y plegarias, esconde su verdadera coraza.
    Día y tarde, tarde y noche, fija un objetivo y no para hasta conseguirlo.
    Su objetivo de carne y hueso, de sexo opuesto, aspecto joven y apuesto. Tira fichas la pájara, vaya que si las tira, a las mujeres llora la muerte de su marido, a los hombres enreda y lleva a sus faldas.
    Malos hombres y pecadores que le siguen el juego, quien con ella yace, ya no quiere repetir. Mujer pícara, mala hembra, en ellos causa la desgracia.
    Hombres, cobardes que se venden por un rato de placer, temen al verla, porque aquella vieja maliciosa siempre quiere más juerga.
    Joana sigue yendo a sus misas y lamentando haberse convertido en viuda, todas las muchachas la compadecen sin saber lo que en ella realmente aguarda.
    Cobardes cornudos, cada vez que ven a la vieja, huyen despavoridos, huyen, no se atreven a dar la cara.
    Miserables, ruines, que engañasteis a vuestras mujeres por un rato de lujuria, ahora os escondéis. Desgraciados, una vieja os ha ganado la partida, ha complacido sus placeres y ante los ojos de la Iglesia sigue siendo una buena cristiana. Mujeres ignorantes que dais apoyo sentimental a tal tipo de persona, si se le puede designar así.
    Locura de vida, no se entiende lo que pasa, una vieja engaña a un pueblo entero y nadie se entera de nada.

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  2. RELATO DE MÍRIAM GARCÍA (1º DE BACHILLERATO B):
    Corrían buenos tiempos por aquel entonces, mas no logro sacar de mi cabeza que había en el pueblo una mujer muy deseada. Era virtuosa en tantos oficios como hombres cataba. No solía salir de casa pero, ¡ay cuando salía las que armaba!
    Joana se llamaba la muy airada y, como bien he comentado antes, no había oficio en el pueblo que no controlara, pero si por algo destacaba era por su habilidad con los venenos, aunque pocos desgraciados conocían este trabajo.
    A mí, por suerte o por desgracia, me tocó conocerlo, y es que cada vez que pasaba un hombre por sus faldas, un veneno introducía en su miembro. Puesto que la mayoría de los hombres del pueblo estaban casados y los que atraía Joana no iban a ser menos, llegaban a su casa como si nada pasara y el problema comenzaba cuando sus mujeres intentaban yacer con sus maridos, toda aquella que lo intentaba caía redonda al suelo.
    Pero ahí estamos nosotros, algunos de los que logramos quitarle la bata, que aun estando casados tenemos unas mujeres más cerradas de piernas que atadas con cadenas. Quedamos los cuatro gatos del pueblo, pensando cómo decirle a nuestras mujeres que no, para una vez que quieren hacer algo más que ver el "Sálvame" por la noche. ¡En qué lío nos ha metido esta Joana!

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  3. Joana esa mujer que donde la veis fue violada por esos seis hombres en repetidas ocasiones y fue acosada por cada uno de ellos y a veces maltratada por suerte ella dio parte de eso aunque se volvia a repetir,esos hombres que tenían el concepto de mujer por debajo de todo, menospreciándola en todos los aspectos ella era la que no servia para nada bueno si ,únicamente el momento de placer eso si..cuando querían y les apetecia...Esos hombres incluso teniendo mujer pero...¿y que? a ellos les daba igual las mujeres las utilizaban como nada..
    Vamos a darle a las mujeres el valor que se merecen y a tratarlas como es debido.Igualdad ante todo y sobre todo RESPETO RESPETO ese respeto que se merecen y no tratarlas asi.Que dejen de ocurrir esas violaciones.. Llegra un dia en el que lo conseguiremos lo vamos a conseguir¡¡NOSOTRAS PODEMOS¡¡¡¡

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  4. LORENA GIRON RUBIO
    1ºBACHILLERATO C

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  5. Corrían los últimos días del verano el 59, los días anteriores, un grupo de amigos salía de noche de fiesta a disfrutar de sus últimas vacaciones, ya que se iban a hacer la mili. Así por las 4 de la mañana ya bien bebidos les entró hambre, y fueron a la casa de la vecina de uno de ellos a por unos huevos del corral de las gallinas. Subió el primero y las tejas aguantaron, subió el segundo y las tejas rechinaron, el tercero preguntó ¿Cuántos hombres se necesitan para robar un huevo? el cuarto y el más gracioso empezó a dar patadas a las tejas y éstas cedieron cayendo todos al corral y matando tres gallinas. A la mañana siguiente, el vecino periférico que los había visto, avisó a la anciana, y ésta mandó a su hijo a darles un escarmiento. Pero el hombre era un enano ciego borracho y regordete que no podía levantar la escopeta más de cinco palmos del suelo, asique los amigos se subieron al banco más cercano riendose de él. La vieja enfadada cogió la vara de su difunto marido y se recorrió todo el pueblo dando palos a los atrevidos jóvenes.

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