domingo, 25 de enero de 2015
El sueño es fecundo
El sueño es fecundo
como una rata.
Disecciona cobardías,
piedras de lodo,
para lanzarlas
noche abajo,
al pozo de los banqueros.
Nos lava los ojos
con navajas,
agita la lentitud
de los pájaros
y nos sumerge
para que pronunciemos
bajo el mar
un discurso,
amarrados al
caparazón de las gaviotas,
a las alas de las tortugas.
El sueño es fecundo
como una hiedra,
se abraza a la oscuridad
y recoge
hormigas como sándalos,
vergas como arañas.
Arrastra las pieles
del día
y las tunde,
sobre lenguas de espuma.
Amasa la conciencia
y la escupe
muy lejos,
más allá del círculo
y la metralla.
Nos penetra
con garfio de fuego
y nos trata
como a una mujer
sin prejuicios
ni colada.
El sueño es fecundo
como una manzana,
como una llama,
como un beso de piernas,
como una rata.
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