miércoles, 25 de abril de 2012

Torrente maldito XVIII

A punto estamos de terminar. El trabajo de la mayoría de los alumnos ha llegado a su fin. Solo queda el capítulo final, que lo escribirá mi hija cuando termine los exámenes, y el epílogo, que será labor del perenne Efraín Sevilla. Bueno, aquí dejo mi continuación y la de ALEJANDRO CLEVES.
 Mi fragmento:
  -Sigue, Clara –la animó su abuela ante una pausa que se hacía interminable-, lo estás haciendo muy bien, has conseguido captar la atención de tu madre y la mía. Ahora te falta lo más difícil: llevarnos hasta una sensación que nos penetre de tal manera que se nos erice el vello de los brazos. “Saqué fuerzas de nuevo y volví a lanzar el brazo. Recorrí con las yemas de mis dedos un cuerpo inmóvil, rígido, que ya no resoplaba en mi nuca. Parecía un muslo desnudo lo que estaba tocando. Oía mi corazón como si estuviera colocado sobre la almohada, cuando noté cómo me acariciaban con suavidad el dorso de mi mano intrépida…


El de ÁLEX:



Esperaron en el aeropuerto horas eternas, hasta que por fin embarcaron en un avión con destino a Texas, allí se harían pasar por unos campesinos paletos donde se dedicarían la vida a cazar y cultivar. Cuando llegaron y recogieron las maletas lo que  más les llamó la atención es que no había nadie. Salieron del aeropuerto, las calles estaban totalmente desiertas. No se oía ni un alma, los coches estaban aparcados en mitad de la calle, los comercios estaban totalmente desvalijados y en toda la ciudad de Houston se sentía una corriente fría de  muerte que hacía que los sentidos se distorsionaran. Anduvieron durante unos minutos y todo seguía igual, sin haber ni una sola señal de vida. Estaban desconcertados no sabían qué hacer. Pasaron a un hotel de una avenida principal para poder descansar pero nadie los recibió, cogieron unas llaves del mostrador  y subieron por las escaleras, allí había una persona que estaba tumbada y hacía un extraño balbuceo con la boca, de la que salía una especie de espuma de color amarillo.
Se fue arrastrando hacia ellos y sin pensarlo salieron corriendo hacia el exterior para pedir auxilio. Cuando giraron la esquina, encontraron un grupo de tanques con trincheras donde parece ser combatieron  con alguien. Ellos empezaron a preocuparse de la gran amenaza que tenían encima. Cogieron un coche que había en la cuneta y salieron de  la ciudad sin pensarlo ni un momento. Por la carretera encontraron a un grupo de personas con vestimenta  destrozada  algunos son sangre. Ellos pasaron muy despacio delante del grupo de personas pero se abalanzaron a las puestas del coche como si intentaran huir  de algo. Mikel  pregunto por qué les hacían esto a ellos, uno de las personas dijo que se fueran de allí inmediatamente  que se escondieran bien por que corrían mucho peligro, decía que una infección que se transmitía por vía de la sangre  contagiaba a la población haciendo a las personas que perdieran el conocimiento y al levantarse no fueran conscientes de las acciones que cometían, comportándose de una forma rabiosa. El hombre a demás nos recalcó que había escuchado que más del noventa porciento de la población estaba contagiada y que el foco de todo se originó en España en un edificio abandonado dándose el primer caso en un adolescente de unos diecisiete años y que la epidemia se había extendido por todo el mundo solo en un día y medio. A partir de ese momento las piezas del puzle empezaron a encajar, sabiendo que lo que le hacía que atacara a personas era ese virus que contrajo en ese edificio por aquella criatura. Lo que pasaba es que podía controlar sus acciones no intentando matar de esa forma tan despiadada. A partir de haber reflexionado sobre el problema, cogieron las mochilas de mano  y emprendieron camino hacia…CONTINUARÁ.

  


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