sábado, 24 de marzo de 2018

"Papá Goriot" de Honoré de Balzac


«París es un océano. Arrojas la sonda, pero nunca conoces su profundidad. Recórrelo, descríbelo: sea cual sea el cuidado que te tomes para atravesarlo, para describirlo, siempre habrá un lugar virgen, una guarida desconocida, flores, perlas, monstruos, algo inaudito, olvidado por los buceadores literarios».

Papá Goriot es un retrato cáustico del París decimonónico y burgués, pero no solo eso. Es, además, un análisis de la condición, o mejor, de la perversión social del individuo. 
Honoré de Balzac nos introduce en el ambiente opresivo de una pensión, gobernada por la viuda Vauquer y a la que llega un estudiante de Derecho, Eugène Rastignac. Los personajes de la pensión servirán para acompañar la iniciación del joven en la depravada sociedad parisina. Vautrin (criminal y homosexual) intenta inclinar al joven hacia el pragmatismo, la prima Beauseant lo introduce en los salones, el propio Goriot será su más fiel servidor en lo que respecta a la aventura con su hija... Rastignac se enamora de una mujer casada, Delphine, hija de Goriot. Las dos hijas de Goriot tienen amantes con el consentimiento tácito de sus maridos y viven de las rentas que su padre les proporciona. Son personajes absorbidos por la condición perversa de la vida de los salones. Se avergüenzan de su padre, solo lo quieren para que les pague los lujos y llegan al punto de no acompañar al moribundo en sus últimas horas, pese a los requerimientos del propio Goriot y de Rastignac. 
Todos viven obsesionados con el dinero y las apariencias. Todos se desviven por las fuentes de sus rentas: los realquilados (Vauquer), las víctimas (Vautrin), la hacienda (Goriot), el padre (hijas de papá Goriot), el juego y las relaciones (Rastignac), la herencia (Victorine)... Vautrin intentará convencer a Rastignac de que no se deje llevar por los sentimientos, sino por quien le puede proporcionar una buena renta (Victorine).
Papá Goriot es una novela de iniciación, donde la vida se abre camino en una selva de engaños, hipocresía y materialismo, donde solo Goriot se muestra como un ser desinteresado y generoso. Por eso, en ese entramado, Goriot resulta en ocasiones ridículo y patético, porque es el único que no se rinde a las convenciones del lujo y se conduce únicamente por la generosidad y el amor paterno. Es un cuerpo extraño en esa sociedad dominada por el veneno del materialismo y la falta de humanidad. Rastignac, el muchacho que descubre, acompaña al viejo Goriot durante su agonía e intenta que las hijas se acerquen al lecho de su padre. No lo consigue. Solo en alguno de los delirios de moribundo, papá Goriot reniega de sus hijas para, inmediatamente, arrepentirse. Está fuera de lugar, no pertenece a ese mundo. La condición humana lo ha vencido.       

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