sábado, 12 de diciembre de 2015

Cosas que encuentro en mi buzón


De buena mañana, abro el buzón, un sábado sin demasiada historia, y me encuentro un folleto que me sorprende. Una ilustración que parece salida de un manga blanco me pregunta "¿Cómo ve el futuro?", y me da tres opciones: "¿Cree que el mundo seguirá igual?, ¿empeorará?, ¿mejorará?". Me froto los ojos e intento activar mi atrofiada capacidad mental. Si conociera la respuesta a estas preguntas podría abrir una televisión nocturna y ganarme la vida con muy poco esfuerzo, una baraja y un teléfono. Pero el folleto escondía mucho más. Al abrirlo, se me da respuesta a estas preguntas. Sin duda se trata de un partido político con un márketing audaz. El responsable de la sección de empleo, un tal Isaías, propone: "Tendremos trabajo productivo y satisfactorio". El de sanidad, también se llama Isaías: "Dejaremos de sufrir y padecer enfermedades". Y el de bienestar social, un tal Salmo, predice: "Viviremos felices con nuestra familia y amigos para siempre". Y quién es el que se presenta para presidente de este partido: un tal Jehová, apoyado por Jesús. Cito al responsable de bienestar social: "Tanto Jehová como Jesús quieren que tengamos un futuro maravilloso". Y a las 10 de la mañana de un sábado con poca historia, yo me pregunto: ¿por qué no ha participado este Jehová en el debate a cuatro, ni tampoco en el debate a nueve?, ¿por qué no aparecen en los medios de comunicación mensajes que son capaces de activar los circuitos de un sábado sin historia? Me cabreo cuando a la inteligencia se la aparta, cuando se ignora a los que nos pueden conducir al paraíso. Cuando ya estaba convencido de afiliarme al partido desconocido, le doy la vuelta al folleto y se hunden mi excitación y mis ganas de salir del grupo de los indecisos. En negrita leo: "Para aprender más sin costo". Yo sin vicios no soy nada, así que me vuelvo a la cama, a ver si consigo comenzar el sábado con mejor pie.

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