viernes, 1 de mayo de 2015

La actualidad revitaliza la portada de "El Gambitero"

La dictadura de la actualidad ofrece en ocasiones estas paradojas: una entrevista hace tres años a Monedero se lee en clave de rabiosa actualidad con mayor fuerza que muchas de las palabras que aparecen hoy en prensa respecto a la dimisión del número tres de Podemos. Un ejemplo: "El País", en su titular, extrae "Es más importante un minuto de televisión que los círculos" para enfatizar el supuesto ataque de Monedero a Pablo Iglesias. Esto mismo nos dijo a nosotros hace tres años, citando a Alfonso Guerra: "Prefiero un minuto en televisión a cien mil militantes". Cuando lo mencionó, no hacía más que reflejar una triste realidad, de la que todo el que se dedica a la política en el mundo actual es consciente. El problema es cómo se interpretan las palabras, cómo se sacan de contexto para utilizarlas con un fin determinado. Y esto está siendo la perdición de la prensa actual.
Es curioso, me resultó más interesante, más profundo (a pesar de las importantes discrepancias), el Monedero de la distancia corta, de la conversación de bar, que el que aparece dibujado en prensa, incluso por él mismo. En su agradecimiento a Pablo Iglesias de hoy mismo en Público, hay demasiada melaza y poca ilustración, justo lo contrario de lo que percibimos en nuestra entrevista. En una de sus respuestas, les contó a los chicos el mito de Casandra. Con un punto de soberbia, venía a decir que los politólogos eran capaces de adivinar lo que le iba a ocurrir a un país, pero tenían la maldición de que nadie los creía y, por tanto, no se ponían soluciones ante los problemas que auguraban esos derviches. No sé si en la dimisión de Monedero han sido los medios los que han actuado de Zeus o el propio Pablo Iglesias, pero más que el mito de Casandra, Monedero parece haber sufrido lo que le ocurrió a Narciso.

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