domingo, 3 de febrero de 2013

FOTOMATÓN V: "Un poema de amor"

Ya tenemos aquí las dos nuevas composiciones de "Fotomatón". En esta ocasión, un soneto de Victoria Cuélliga (2º de Bachillerato B) y un relato de Ainhoa Montoya (2º de Bachillerato C). Dos ejemplos muy distintos (uno, un poema en formato clásico; otro, un relato melodramático) sobre un mismo punto de referencia.

El soneto de Victoria:

Nunca una ventana fue tan deseada
en aquel roído callejón de olvido,
mas, ¿qué olvido? Soy yo a ti adherido
y eres tú, dulce locura soñada.
Bendito magnetismo de nuestros labios,
bendito por unirme a tal fortuna,
pues no la sentí, como a ti a ninguna,
mas el amor no entiende de horarios.
Jamás envidié tanto a una ventana,
pues ella te ve amanecer, anochecer…
Y vuelvo a odiarla así, por ser tan lejana.
Ahora ella parece desaparecer,
despierto junto a ti cada mañana,
y mi único deseo es allí perecer.


El relato de Ainhoa:

Todo comenzó cuando James empieza a trabajar en la fábrica del padre de Annie. En el primer momento en que la vio supo que esa chica rubia con ojos claros sería una persona importante para él en un futuro. James era un hombre de 25 años, de familia humilde. Annie, dos años menos que James, de familia importante y privilegiada la cual quería casar a su hija con un hombre adinerado. Ella no era de ese tipo de personas, ella veía mas allá de las clases sociales de la época. Y así pasó cuando vio a James. Poco a poco empezaron a conocerse, a hablar más a menudo, siempre a escondidas de su padre. A las pocas semanas James y Annie comenzaron una relación, se querían muchísimo hasta el punto de hacer lo imposible el uno por otro, vaya que si lo harían.
Los padres de Annie empezaron a buscar un marido para su hija y Annie vio que llegaba el momento de arriesgarse y hablarles de su relación con James. Sus padres siempre estuvieron en contra de dicha relación y no querían verlo ni que se les relacionaran con él, pero veían a su hija feliz, y eso es lo que les importaba.
Después de un año, Annie se puso enferma. Empezaba a quedarse ciega poco a poco y tenía unos fuertes dolores de cabeza. Sus padres no podían con esa situación y buscaron a los mejores médicos para operarla, pero ninguno se arriesgaba a ello por la complicación que acarreaba. Por otro lado, James se sentía fatal, inútil al no poder hacer nada por el amor de su vida. Se armó de valor y se fue a Estados Unidos después de haber trabajado mucho y conseguir dinero para estudiar medicina y poder ser él quien operara a Annie. Para él fue todo un reto ya que por la muerte de sus padres no pudo tener un buen nivel de estudios. Después de mucho sacrificio y de intentos fallidos hasta que consiguió su propósito, se sacó la carrera y se especializó en oftalmología siendo una eminencia en ese campo. Cuando volvió, el padre de ella no quería poner a su hija en manos de James, pero se enteró del reconocimiento por parte de otros médicos. Finalmente fue él quien operó a Annie. La operación fue todo un éxito y viendo al esfuerzo y el amor que tenía por su hija, los padres le aceptaron como un buen marido para su hija.
La historia de James y Annie fue un ejemplo de superación, no hay límite para el amor y éste te hace hacer cosas que jamás podrías llegar a imaginar. El amor todo lo puede.

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